Scialabba
Eliana Scialabba, directora de Relaciones Institucionales del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI

La economista Eliana Scialabba se define como liberal desarrollista. Una combinación que explica que haya militado en las filas de José Luis Espert y al mismo tiempo uno de sus principales tema de estudio sea la evolución de los términos de intercambio. Este indicador refleja el poder de compra de las exportaciones de un país y fue central en la formulación original del desarrollismo. La teoría del deterioro de los términos de intercambio, planteada por Raúl Prebisch, era el fundamento de la estrategia de sustitución de importaciones: sostenía que los precios de las materias primas tendían a caer en el largo plazo con relación al de los productos industriales. Por lo tanto, el poder de compra de las exportaciones de los países subdesarrollados era cada vez menor y tenían que producir más para importar lo mismo. En los últimos años esta teoría perdió apoyo por el auge de los commodities. “Los precios de las exportaciones argentinas despegaron cuando China entra a la Organización Mundial del Comercio en 2000”, explica Scialabba, directora de Relaciones Institucionales del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI, en entrevista con Visión Desarrollista.

¿Qué conclusiones sacás del análisis de la evolución de los términos de intercambio en las últimas décadas?

Entre 1988 y 2001 los términos de intercambio presentaron un valor negativo. Es decir, las exportaciones tenían un bajo poder de compra y se recaudaba poco por los precios bajos. Gran parte del déficit de estos años se explica por eso, más allá de la política económica de cada periodo. Uno puede preguntarse qué hubiese sido de la convertibilidad si subían los términos de intercambio. Tal vez todavía estábamos con convertibilidad porque había dólares suficientes y no hacía falta tomar deuda para mantener el tipo de cambio.

¿Qué cambió a partir de 2001?

La demanda mundial de alimentos se disparó cuando cuando los chinos y los indios empezaron a modificar su dieta. Los precios de las exportaciones argentinas despegaron cuando China entra a la Organización Mundial del Comercio en 2000. Todo lo que es commodities está muy ligado a esa demanda internacional. El problema es que no manejás el precio. Argentina es tomadora de precios para sus exportaciones, no tiene influencia.

¿Podría reducir esa dependencia del contexto internacional?

Si el país diversificara el perfil de exportación, no estaría tan atado a lo que pasa afuera. Cuando bajan los precios de los commodities tiene otros productos para producir y exportar. No sufre golpes tan duros como los de 2014 y 2015, a mi entender, una de las razones principales de la derrota del kirchnerismo. El kirchnerismo pierde y su modelo económico se quiebra cuando bajan los precios de exportaciones. Se quedaron sin plata.

Los precios internacionales bajaron en 2015, pero los términos de intercambio siguen siendo favorables. ¿Por qué tuvo tanto impacto?

Porque la baja de los precios internacionales afectó la recaudación. Hubo menor cobro por retenciones a las exportaciones y en los aranceles a las importaciones. Eso tiene un impacto crucial en la economía argentina. De hecho, el periodo kirchnerista de “derechos adquiridos” no puede explicarse sin mirar los términos de intercambio y el aumento de las retenciones. Esos años fueron una fiesta de recaudación y se transformó en un aumento del gasto público, que pasó del 25% al 40% del PBI. No fue magia, fueron precios internacionales volando.

¿Ese nivel de gasto era insostenible?

En una economía primarizada, cuando bajan los precios estás complicado. Porque los precios son dinámicos y el gasto público y los derechos adquiridos son inflexibles. Cuando cayeron los precios había mucha gente que dependía del Estado, pero ya no había plata. Ahí se quebró el modelo económico y comenzaron a emparcharlo con emisión desmedida, lo que alimentó la inflación.

¿El ‘boom’ de las materias primas fue una oportunidad perdida para desarrollar el país?

Sí, el cambio de estructura productiva tiene que hacerse en un momento de auge. Cuando hay plata. En el tramo de auge de 2007 a 2015, la regalaron. Dentro del mismo escenario había mejores alternativas para promover el desarrollo. Un liberal hubiera bajado los impuestos para generar crecimiento y empleo, dejando que el mercado eligiera cuales eran los sectores estratégicos. Los desarrollistas hubieran priorizado y direccionado esa renta para diversificar la matriz productiva. En un caso pesa más del Estado y otro el mercado, pero los dos son calve para generar empleo y producción. El problema es que el kirchenrismo no tiene un enfoque productivo que integre al Estado con el mercado.

¿Cómo afectaron los términos de intercambio al gobierno de Cambiemos?

Cuando Macri llega al poder se produce una baja de los precios internacionales que se transforma en un problema fiscal. Los términos de intercambio seguían siendo favorables, pero tenía un nivel de gasto alto. Solo hubo una baja gradual del gasto por el aumento de las tarifas y la reducción de los subsidios,. No hubo en ningún momento durante la gestión de Macri una intención de resolver el problema fiscal bajando el gasto, sino que subió impuestos y tomó deuda. Cuando no había más, fue al FMI. Los precios de las materias primas volvieron a subir durante el gobierno de Alberto Fernández. Siempre que los precios fueron altos, a partir de este nuevo siglo, estaba gobernando el kirchnerismo.

¿Qué estrategia inteligente podría seguir el país para no ser tan dependiente de las variaciones de los precios internacionales?

Lo importante es que las exportaciones no estén tan ligadas a los productos primarios. Si además explorás bienes industriales o servicios, diversificas la economía. La producción de alimentos además es sumamente dependiente de lo climático, ya que si hay una sequía en Brasil o en EEUU, sube el precio. Ni eso se puede controlar. Queda mucho librado al azar, no solo a la demanda de China.

Una discusión histórica entre desarrollistas y liberales era si daba lo mismo producir acero o caramelos. Los liberales planteaban que sí, que lo único relevante era el precio. ¿Es lo mismo?

Sin lugar a dudas no, independientemente de los términos del intercambio. El modelo productivo debe virar hacia un perfil de mayor valor agregado. La soja la sacás de la tierra y la vendes a granel sin ninguna transformación. Un Audi tiene tecnología incorporada en los procesos de producción, mano de obra calificada y no calificada y muchos eslabonamientos productivos. Hay una gran diferencia, que es el trabajo que genera. Hoy por hoy, el mayor valor agregado se genera con la economía del conocimiento, que es intensiva en capital humano, genera altísimo valor agregado y los mercados tienen mucho apetito por este tipo de servicios. Creo que el modelo productivo debería tener algo de industria, pero principalmente servicios de alto conocimiento.

¿Existe un riesgo de que la demanda china baje y el ciclo de términos de intercambio favorable se termine?

Los países asiáticos compran, aprenden y hacen. Cuando empiecen a producir sus propios alimentos, prepárate. No solo van a dejar de comprar, sino que van a ser competidores. Puede que no sea en el corto plazo, pero algún día va a pasar. Hay que empezar a pensarlo hoy para ir virando hacia una estructura productiva diversificada. No podes confiarte, sino mirá lo que pasó en 2015. No debemos poner todos los huevos en la misma canasta. El problema es que nos creemos el granero del mundo cuando el mundo demanda microchips y tecnología de avanzada.

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Términos del intercambio, precios de exportación e importación. Base 2004=100

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