Chaco
De izquierda a derecha: Aída Ayala, Fernando Novo y Mariana Barrera.

La diputada nacional disertó el martes en la primera jornada de El potencial argentino, un ciclo de charlas sobre los desafíos para el desarrollo de las provincias organizado por Visión Desarrollista

Chaco
De izquierda a derecha: Alicia Ogara, Aída Ayala, Fernando Novo y Mariana Barrera.

El desarrollo de Chaco es un tema arduo. Es una de las provincias más pobres y representa uno de los desafíos más grandes para la integración del país. “Chaco es una provincia viable y va a salir adelante”, aseguró el martes la diputada Aída Ayala en el primer evento de El potencial argentino, un ciclo de charlas sobre los desafíos para el desarrollo de las provincias organizado por Visión Desarrollista. La exintendenta de Resistencia puso énfasis en el déficit de infraestructura y la falta de un plan estratégico como dos de los principales obstáculos para el progreso de la provincia. Aunque reconoció que es difícil atraer inversiones, se mostró optimista. “Si le damos la confianza de que lo que decimos lo hacemos, los empresarios invierten”, argumentó Ayala, que disertó junto al exsecretario de Economía de Resistencia Fernando Novo.

El principal reclamo de Ayala fue la falta de políticas de largo plazo. “Chaco creció sin un plan estratégico y eso dificulta el desarrollo”, apuntó la diputada. La consecuencia, señaló, es la falta de infraestructura. Ayala destacó, sin embargo, las obras que el Gobierno nacional está impulsando en la región. “El gasoducto es una obra imprescindible para el norte argentino. El gas es fundamental, al igual que el agua y las cloacas. También los acueductos”, enumeró y destacó el impacto que tendrá el puerto de Las Palmas, que se encuentra en construcción y permitirá potenciar la producción arrocera. 

La infraestructura es una de las desventajas de la provincia, pero no la única. “No están dadas las condiciones para que los empresarios decidan invertir en Chaco en vez de en Córdoba o Santa Fe”, subrayó Novo. Para el economista, uno de los mayores obstáculos es la distancia: “Estamos a 1.000 kilómetros del puerto. Para que vengan inversiones, el ofrecimiento tiene que ser demasiado atractivo. Se deben otorgar incentivos. Hasta hace poco había reducciones en las cargas patronales por regiones, que beneficiaban a Chaco, por ejemplo”. Como contracara, existen otras condiciones que benefician al sector privado y mejoran la competitividad de la provincia, según Mariana Barrera, miembro de Visión Desarrollista y coordinadora del ciclo. Barrera moderó las presentaciones y expuso un diagnóstico de la provincia que sirvió como disparador para la charla. Entre estas condiciones, que los salarios son un 25% más bajos que la media nacional, que el costo del transporte hasta el puerto de Buenos Aires es un 13% menor que el promedio del país —aunque cuatro veces y media mayor que el costo en Buenos Aires—, que es una de las provincias con la energía más barata y tiene una baja presión tributaria.

Madera, algodón y carne

Novo ilustró con una cuenta sencilla la situación de la provincia: “tiene el 3% de la población y el 1% del PBI, así es lógico que no nos desarrollemos”. A la hora de responder qué sectores considera clave para la provincia, el exsecretario prefirió la industrialización de la producción primaria sobre la diversificación productiva. “No hay dudas de que en Chaco tenemos que apostar a las cadenas en las que tenemos la producción lo más cerca posible. Tenemos que industrializar la cadena forestal, tenemos que apostar por la cadena textil para que el algodón salga en prendas y no en fibras, y debemos apuntar a la cadena cárnica”, describió el economista. “Chaco concentra el 75% de la producción forestal del país, el 47% de la algodonera, el 5% de la bovina y el 3% de las oleaginosas”, expuso Barrera. Es la octava productora de soja del país y la segunda de girasol.

La principal provincia algodonera del país fue históricamente Chaco, pero eso cambió en la última década, explicó el Novo. “En los 90 se cultivaban 700.000 hectáreas de algodón y se hablaba del objetivo de alcanzar el millón de hectáreas. Esto poco a poco se fue resignando. En 2017 solo se sembraron 95.000 hectáreas. Santiago del Estero es la provincia con mayor área sembrada”, contó el economista y explicó que los productores reemplazaron el algodón por la soja por el alto precio de la oleaginosa y porque era un cultivo más resistente y que no sufría plagas.

Chaco es una provincia con un desempeño exportador mediocre. Las ventas al exterior en 2017 fueron de 367 millones de dólares, un 0,6% del total nacional, explicó Novo. El 80% de esas exportaciones fueron bienes primarios. El principal el sector exportador fue el de las oleaginosas (63%), el segundo fue el forestal (26%) y el tercero, el textil (10%).

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Aída Ayala diserta en la primera charla de ‘El potencial argentino’

El peso del Estado

Por cada empleado público hay tres trabajadores en el sector privado; ese es el promedio nacional. En Chaco la relación es uno a uno: la mitad de los empleados trabajan en el Estado, según un informe del ministerio de Hacienda de la Nación de septiembre de 2016, citado por Barrera. “El número de empleados públicos en Chaco aumentó entre 2003 y 2016 un 110% mientras que la población solo aumentó  un 15% en ese lapso. Con 85 cada 100.000 habitantes es una de las provincias con más empleados públicos en el país”, subrayó Novo. 

El estado provincial tiene una fuerte dependencia de los fondos nacionales. El 78,4% del gasto es financiado con estos recursos. Ese dinero permite mantener una estructura estatal que apuntala el empleo, pero que no motoriza necesariamente la economía chaqueña. “Chaco va a recibir 80.000 millones de pesos [de fondos nacionales] que se van a gastar en el consumo de productos elaborados fuera de la provincia. Si se produjera algo de lo que estamos vendiendo a nuestros propios comprovincianos, la cosa sería distinta. Pero la mayoría del comercio que se vende en Chaco es importado, de alguna manera, a la provincia”, resumió el economista.

La charla sobre los desafíos para el desarrollo de Chaco fue la primera de un ciclo en el que se analizará la estructura productiva y la realidad socioeconómica de cada una de las provincias argentinas. Los encuentros son organizados por Visión Desarrollista, un grupo que tiene como objetivo el estudio de la realidad del país y la difusión del pensamiento desarrollista. Inspirada en la experiencia del gobierno de Arturo Frondizi y la doctrina de Rogelio Frigerio, busca proponer soluciones a los desafíos que enfrenta Argentina en la actualidad.


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