Lionel Messi descolló en el Barcelona. Maradona lo hizo en el Napoli. / FC Barcelona
Lionel Messi descolló en el Barcelona. Maradona lo hizo en el Napoli. / FC Barcelona

A lo largo de su historia el fútbol argentino formó, preparó y deslumbró al mundo entero con varias apariciones de grandes jugadores  los que —por distintas razones— emigraron de su tierra natal a variados países y en distintos continentes y, en algunos casos, no así en otros, regresaron a terminar su carrera en la Argentina, donde desde muy pequeños comenzaron su sueño de llegar en un primer lugar al profesionalismo en el deporte más popular del mundo y por qué no el de ser ídolos o figuras a nivel mundial o de llegar a jugar y alcanzar la gloria máxima de ganar el torneo más importante a nivel de selecciones: «La Copa del Mundo».

Corría el año 1981 y un joven Diego Armando Maradona apodado «El pibe de oro» o «Pelusa» que surgió en «Los Cebollitas» y luego de haber debutado en Primera División en Argentinos Juniors logra en ese año el Campeonato en Boca Juniors al que había sido vendido por el Club de la Paternal,  antes del Mundial de España 1982 es transferido por el Club de la Rivera al Barcelona de España por una importantísima cifra para la época, pero con una sola salvedad, en esos años solo se permitía tres extranjeros (no nacidos en el país al cual el club pertenecían donde continuarían se carrera).

La historia de Maradona continuaría en el Nápoli de Italia, en el Sevilla de España para luego retornar a la Argentina después de la suspensión por doping en el Mundial de Estados Unidos 1994, en Boca Juniors, el Club de sus amores donde finalizaría su carrera con un fugaz y breve paso por Newell’s Old Boys de Rosario previo a dicho Mundial.

La «Fábrica» de cracks argentinos continuó y no se detiene hasta hoy, pero vale la pena aclarar que en la década de los noventa  por el caso Bosman se terminó con el cupo de extranjeros, lo que facilitó el éxodo de jugadores albicelestes a distintos  destinos del continente.

Siguiendo con la línea cronológica ella nos sitúa en esa década dorada donde encontramos casos como el de Gabriel Batistuta quien por varios años fue el máximo goleador de la Selección Argentina (hasta la aparición de Lionel Messi) donde «Batigol» fue ídolo en Fiorentina, campeón en Roma —ambos de la Liga Italiana. Culminó su carrera luego de pasar por Oceanía, por Australia y por Qatar. Su caso en particular, además, de la gran diferencia económica en su momento de estos países con la Argentina prefirió la tranquilidad social  y el menor grado de presión de obtención en los resultados en esos lugares comparados con los que en forma permanente existieron y existirán en un país tan fanático por este deporte como el nuestro.

Otro caso similar que no culminó su carrera en la Argentina es el de Hernán Crespo que luego de obtener la Copa Libertadores en 1996 con River Plate (Su club de origen y marcar los dos goles decisivos en el partido definitivo frente al América de Cali de Colombia) es transferido a Italia al Parma, luego a un club más poderoso como el Milán, pero en este caso su retorno al club que lo vio llegar a primera fue frustrado por una diferencia económica con el presidente del club de Núñez, en ese momento Daniel Alberto Pasarella. Los años noventa siguieron regando  figuras formadas en nuestro glorioso fútbol argentino y al continente en su totalidad.

Cabe recordar que en dicha década la economía en nuestro país se desarrollada con una igualdad monetaria entre el peso argentino y el dólar estadounidense lo que permitió que varias figuras de nuestro fútbol compitan en la liga local antes de emigrar en la mayoría de los casos a las ligas más competitivas del viejo continente. En esos años figuras como Juan Sebastián Verón, Ariel Ortega, Maximiliano Rodríguez, Claudio López o Cristian González, después de deslumbrar en el fútbol local, armaran las valijas para desembarcar en el lujoso y altamente competitivo fútbol europeo.

Luego de algunos años,  títulos de por medio, goles, lujos y destellos con la llegada del nuevo siglo y, pese a la crisis que atravesaba la Argentina, (sobre todo a partir del año 2001 con el gobierno de Fernando de la Rúa) algunos de estos cracks  después de lograr una importante diferencia económica con respecto a Europa comparada con la Argentina retornaron a nuestro país para —de alguna manera— cerrar su carrera en el club que los formó, el club de sus amores y poder devolverles lo que estas entidades deportivas invirtieron en ellos para su formación y su desarrollo y, finalmente transferirlos a los poderosos gigantes o previamente medianos clubes europeos, pero superiores fundamentalmente en lo económico a los de la Argentina o Sudamérica, prácticamente fue, es y será abismal la diferencia que existe entre ambos continentes o mismo entre los europeos con el resto del planeta tierra. Es así como Verón en Estudiantes, Ortega en Ríver Plate, Cristian González en Rosario Central, Maximiliano Rodríguez en Newell´s Old Boys  cerraron sus prestigiosas carreras en los clubes  que los vieron iniciarse en el deporte más popular del mundo.

EL COMIENZO DEL NUEVO SIGLO, LA FÁBRICA NO SE DETIENE

La inagotable producción y generación de jugadores argentinos formados en las inferiores de nuestro fútbol con la llegada del 2000 continúa su marcha. Otros casos emblemáticos son los de Juan Ramón Riquelme en Boca Juniors el primero vendido al Barcelona de España en 2003 (luego de la recordada crisis económica en nuestro país que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa en 2001 y luego del breve y efímero paso por el sillón de Rivadavia de ocho presidentes y tras la transición de Eduardo Duhalde y la elección de Néstor Kirchner en dicho año).

Riquelme luego es cedido a préstamo al Villareal Español, vuelve al club de la Rivera, también en calidad de  préstamo donde obtiene la Copa Libertadores con una extraordinaria actuación personal. Después  de esta actuación retorna a España al «Submarino Amarillo» para, finalmente, con otro paso nuevamente por Boca se retira y asciende a Primera División en Argentinos Juniors, el club de sus inicios.

El caso de Carlos Tévez  con dos retornos al Club de la Rivera (club que lo formó y lo llevó a Primera División) tiene una diferencia con el resto de los cracks hasta aquí mencionados. «El jugador del pueblo» fue transferido a China —un mercado no tan competitivo al principio, pero económicamente poderoso al tratarse del poderío que tiene este gigante asiático a nivel mundial. Retornó a Boca para retirarse en 2022.

Por el mejor del mundo y por la nueva generación, en el siglo XXI sobresale ante todos los jugadores del Planeta la aparición de Lionel Messi  (junto a Cristiano Ronaldo de Portugal con el que disputó el trono al mejor jugador del mundo durante los últimos quince años al menos repartiéndose entre sí en su mayoría el Balón de Oro,  el premio al mejor jugador  de cada año).

Surgido en las inferiores de Newell´s Old Boys, la «Pulga» continúa su carrera en el Barcelona de España (donde luego de ser «preparado» en la Masía, escuela formadora de grandes jugadores) gana más de treinta títulos en Barcelona y en la Selección Nacional convirtiéndose en el mejor jugador del mundo.

Vale aclarar que al ser adquirido por el Barcelona, el club  se hizo cargo   de pagarle el tratamiento de una medicación hormonal necesario para su crecimiento y su desarrollo físico altamente costoso para la economía de la Argentina y, felizmente,  llevado a cabo por el Club Español.

Messi ahora juega en el PSG de Francia luego de quedar libre y no renovar con el Club Español por una disputa con el Presidente y parte de la Comisión Directiva del Barsa.

La vuelta a la Argentina para el final de su carrera es una gran incógnita por la situación económica actual de nuestro país, además de la inseguridad como consecuencia de las disputas  por el narcotráfico en la Ciudad de Rosario y  sobre todo las ofertas de otros mercados con los cuales económicamente es imposible competir como el de los Estados Unidos, lugar donde el capitán argentino posee propiedades y donde existen rumores que finalizaría su carrera en la Liga del Gigante Norteamericano.

Sergio «El Kun» Agüero contemporáneo de Messi no pudo finalizar su carrera en su club formador el Independiente de Avellaneda, en este caso por razones de salud (por problemas cardíacos le indicaron que debía abandonar la actividad).

Gonzalo Higuain terminó por razones económicas en la MLS (La Liga Estadounidense) y Ángel Di María, en la actualidad en la Juventus de Italia, también rosarino, pero del Club rival de los «rojinegros», Rosario Central. Un caso similar al de Lionel Messi en su vuelta al país y también otra incógnita.

Finalmente la nueva generación de craks «albicelestes» como Lautaro Martínez, Lo Celso, Mac Allister, Enzo Fernández, Julián Álvarez, «Dibu» Martínez o Paulo Dybala, todos surgidos de la Fábrica de Argentina, desde su plenitud en la carrera hasta nuestros días en las Ligas más importantes  de Europa;  el tiempo dirá si la situación económica de la Argentina podrá hacer posible su retorno a nuestra Patria, deseo imposible por estos días.

La cuna de craks  no se detiene y sigue repartiendo por el mundo entero a sus jugadores dando muestras claras que están en el más alto nivel y con la posibilidad de competir en los mejores torneos del planeta.


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