Frondizi en la Planta Siderúrgica de SOMISA en San Nicolás . Fuente AGN
Frondizi en la Planta Siderúrgica de SOMISA en San Nicolás . Fuente AGN

“…la industria del acero es la primera de las industrias, y constituye el puntal de nuestra industrialización. Sin ella, siempre seremos vasallos. La Argentina debe producir acero para poder gravitar en el conciertos de las naciones concordante con su presente y sus futuro…”

General Manuel N. Savio 43

A principios del siglo XX la importación de maquinarias de distintos tipos con destino a la producción agrícola conjuntamente con el notable crecimiento de la red ferroviaria fueron incorporando una enorme cantidad de toneladas de acero y fundición de hierro a la economía argentina. Con el correr de los años y la obsolescencia natural de los equipos e instalaciones fue creando la bien llamada “mina artificial” de chatarra. A principios de 1929 se le encargo al experto ingeniero sueco Sven Wasman el estudio sobre la industria siderúrgica argentina. El estudio fue financiado por la Unión Industrial Argentina (UIA) llevo el nombre “La producción de hierro viejo y su aprovechamiento” fue publicado en los boletines de la UIA entre julio de 1931 y febrero de 1932, y estimaba que en el país había cerca de unas 22 millones y media de toneladas de hierro y acero. Pero el stock disponible para su recolección y su uso inmediato eran unas 500 mil toneladas y con un incremento anual de una 80 mil toneladas.44  industria siderúrgica gobierno desarrollista

El principal antecedente en firme para el impulso de la industria siderúrgica en la Argentina fue la ley 12.987 de 1947, denominada Ley Savio, y dio forma al Plan Siderúrgico Nacional. Los objetivos más salientes del plan tenían como finalidad dotar al país de una producción propia de acero para evitar su importación y mantener abastecido al mercado local con recursos propios. Así también contemplaba la explotación de yacimientos de hierro, de las plantas siderúrgicas existentes y la creación de la empresa Sociedad Mixta Siderúrgico Nacional (SOMISA) como actor central del sector siderúrgico argentino. En su discurso parlamentario al momento de sancionar la ley de promoción de la industria siderúrgica Frondizi expreso “…quiero recordarles a los integrante de las sociedad mixta la necesidad de fomentar técnicos nacionales, para que la industria se desarrollé en los talleres; que nos preocupemos del transporte, del carbón, de la energía hidroeléctrica y del hierro, intensificando los estudios de exploración y explotación, a fin de que podamos hablar un día de la liberación de la industria siderúrgica de la tutela extranjera. Además aspiro además a que se pueda eliminar todos los factores burocráticos y políticos que pueden perturbarla.”45

En el trienio 1956-58 el consumo por habitante de acero en Argentina era de 80 kg por habitante, mientras que en los países más desarrollados como Australia el consumo era 297 kg y en Estados Unidos 533 kg por habitante.46 Desde la asunción del gobierno de Frondizi se modifico radicalmente el panorama industrial siderúrgico argentino, las partidas monetarias del presupuesto nacional destinadas a dicho sector fueron de aproximadamente 4.500 millones de pesos contrapuestos a los 950 millones que habían destinado durante 13 años los anteriores gobiernos. En julio de 1960 se puso en marcha el primer alto horno de la planta siderúrgica General Manuel Savio en San Nicolás.

Durante el año 1961 el Presidente inauguro la explotación ferrifera de Sierra Grande en la provincia de Rio Negro. A partir de aquí se dio comienzo al periodo denominado “La Batalla del Acero”. La estrategia llevada a cabo fue encargar la extracción del recurso mineral a un conjunto de empresas que llevaron por nombre MISIPA, Minera Siderúrgica Patagónica Sociedad Anónima, con premisas concretas de extraer mineral de hierro y producir acero al menor costo y lapso posible.

Como complemento del plan de acción se comenzó a reglamentar el régimen sectorial, orientándolo a la promoción de los sectores siderúrgicos, petroquímicos y celulósico a fin de lograr aumentar la producción local mejorando la oferta interna para disminuir la importación de productos deteniendo la caída de reservas monetarias. El decreto 5038/61 de promoción siderúrgica determino que los beneficiarios de este régimen debían ser empresas nacionales que instalaran o ampliaran unidades de producción, en condiciones de eficiencia y rentabilidad. Se le otorgarían exenciones impositivas y aduaneras para la importación de maquinarias.

Cuadro I.

Evolución de la extracción de hierro y la fabricación de acero. (1957-1962) Año Acero Crudo
año Producción

000 miles de Ton.(Hierro)

Somisa Fábrica Militar de Aceros

000. Ton.

1957 248,5 ——- 30,8
1958 276,3 ——- 30,0
1959 244,2 ——- 34,2
1960 300 ——– 30,9
1961 471,5 127,6 34,7
1962 659 354,20 45,4
1963 912,7 510,7 33,8

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El Cuadro I muestra la evolución de la producción de acero impulsada principalmente por la llegada de inversiones extranjeras que se dirigieron al sector siderúrgico. La extracción del mineral de hierro acompaño las necesidades del mercado interno para la producción de acero, lo cual triplico su volumen con la puesta en marcha de la planta Somisa (San Nicolás) a partir de 1961. La planta de acero pasó de producir de un total de 127.600 toneladas de acero en 1961, a triplicarse al cabo de tres años a 510.700 toneladas de acero.

Se construyó además un laminador continuo de chapas en caliente modelo único en Sudamérica, obras que favorecieron el impulso a la petroquímica, a la industria automotriz y la siderúrgica. Frondizi logró vencer los obstáculos que le planteaba desde la Dirección de Fabricaciones Militares, que se oponían a la intervención del capital privado. Durante esos años, la inversión extranjera se multiplicó por diez, como también se duplicó la inversión interna, lográndose así un gran re-equipamiento industrial. Y tal como lo había anticipado el Presidente, las divisas que antes se gastaban en la importación de combustibles y otras materias primas, ahora se destinaron a la compra de equipos industriales, modernizando la industria y la infraestructura básica. Hubo en total una inversión de 140 millones de dólares en la industria petroquímica entre el periodo 1959 y 1961.

*Extracto del trabajo “El proyecto desarrollista entre 1958 a 1962. El Estado como impulsor de los planes del desarrollo económico” de Fabián Correa  (link)


43 Bernal, Federico. Petróleo, Estado y soberanía: hacia la empresa multiestatal latinoamericana de hidrocarburos. Buenos Aires: Biblos, 2005, p. 41.
44Villanueva, Roberto. Historia de la Siderurgia Argentina. Buenos Aires: Eudeba, 2008.
45Menotti, Emilia. El diputado del desarrollo, Coleccion Vidas, Ideas y Obras de los Legisladores. Buenos Aires: Circulo de Legisladores de la Nacion Argentina, 1998.
46Frondizi, Arturo. Mensajes Presidenciales 1958-1962. Vol. 2, Buenos Aires: Fundacion Centro de Estudios Presidente Arturo Frondizi, 2012, p. 354.

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