Los emisión monetaria propaga la inflación, pero no es su causa estructural

Es increíble que a esta altura haya que volver a escuchar a los “economistas” liberales, hoy vueltos a la escena política en forma de diputados, trayendo otra vez los postulados económicos de siempre como propuesta de gobierno para las próximas elecciones.

Volvieron como si fueran algo novedoso para los argentinos en general y para los desarrollistas en particular. Tal como si Alemman, Alsogaray, Krieger Vasena, Martínez de Hoz, Guido Di Tella o Domingo Cavallo, por ejemplo, nunca hubieran existido.

Pero los desarrollistas los conocemos muy bien y sabemos de qué se trata: “Son todo lo mismo”, ya que el “liberalismo” es “uno solo” y sus “intereses políticos” también: “la implementación de un conjunto de medidas económicas y administrativas necesarias para “facilitar” y “permitir” el libre accionar del mercado, algo que “casualmente” siempre favorece a intereses de unos pocos pero nunca a favor de la mayoría de los argentinos

En resumen es así y siempre lo será, pero estos nuevos liberales dicen ser distintos a los anteriores. Según ellos no son solo liberales sino “libertarios”, que sería algo así como una etapa superior al liberalismo. La realidad es que “todo es lo mismo”. El liberalismo es uno solo, y si bien puede adquirir distintas formas para injertarse en la política económica de un país, en realidad siempre es lo mismo, por más personajes nuevos que aparezcan y otras palabras que usen en sus discursos.

Es así que los desarrollistas nos vemos obligados a desenmascarar otra vez aquellos viejos y falsos postulados liberales sobre la economía, no solo porque han sido puestos de nuevo como discusión en la opinión pública, sino fundamentalmente para el conocimiento de aquellos ciudadanos jóvenes e inexpertos impulsivos que contribuyeron de una manera u otra al rápido crecimiento de esta nueva fuerza política liberal y que no tienen ni la menor idea de que se trata.

Los diputados Javier Milei y Jose Luis Espert
Los diputados Javier Milei y Jose Luis Espert

Sus exponentes en la palestra mediática

Dos referentes libertarios se destacan en la actualidad. Los dos son diputados nacionales y competirán en las próximas elecciones presidenciales: Javier Milei y Jose Luis Espert. Con Milei seremos breves ya que sus declaraciones en general son difusas, ambiguas y nunca definen nada. Solo vamos a tomar una que fue muy clara y contundente y que el diputado repitió en más de una oportunidad: “El gobierno de Menem fue el mejor de los últimos 50 años” “Cavallo fue el mejor Ministro de Economía que tuvo el país”. Palabras más, palabras menos, este es el pensamiento de Milei, el cual ha sido expresado en más de una oportunidad y con absoluta convicción por el diputado. O sea que para Milei los 10 años de Menem, que creó el germen de la nueva era de corrupción política para la nueva democracia; y el plan de convertibilidad de Cavallo, basado en el ingreso de divisas provenientes de las privatizaciones de empresas del Estado para mantener una paridad cambiaria ficticia de 1 a 1 entre el $ y el U$S; es lo mejor que pudo pasarnos a los argentinos. Esa es la opinión de Milei y ese es su pensamiento libertario al respecto. Que el lector saque sus propias conclusiones.

Con Espert nos vamos a extender un poco más, ya que fue él quien trajo de nuevo en sus declaraciones, aquellos viejos preceptos económicos de los monetaristas-liberales para explicar el origen y las causas de la inflación. Y es así que tuvimos que escuchar de nuevo esa falsa y nefasta afirmación de que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario producido por la emisión de dinero para financiar el gasto público. Nosotros no pensamos así y vamos a analizar porque.

Teoría cuantitativa del dinero

Esta discusión de la ciencia económica tiene su origen en una teoría del período clásico de la economía –que más tarde sería profundizada y adaptada a tiempos de guerra, hasta llegar a convertirse en premio nobel de la economía gracias a Milton Friedman- que en su primera versión sostenía que: “la cantidad de dinero de una economía debe ser igual al precio (valor) de la cantidad de bienes y servicios producidos por la misma economía en un período dado de tiempo”.

Dicho postulado se representaba con una fórmula de ecuación matemática de esta manera:

                                                           M = P x Q

Donde M es la cantidad de dinero en circulación,

P los precios generales de la economía y

Q la cantidad de bienes y servicios producidos en la economía, en un período dado de tiempo.

Más tarde, esta Teoría fue profundizada y adaptada a las evoluciones sociales y económicas, incorporando en su primer miembro el concepto de la Velocidad de Circulación del dinero (V), que representa la cantidad de veces que el dinero en circulación pasa de mano, contribuyendo así a medida que crece directamente al aumento de precios. Esto fue particularmente importante en las épocas de crisis de principios del siglo pasado, donde los postulados clásicos de la economía carecían ya de sentido, empezando por las condiciones de “pleno empleo” hasta la “mano invisible” de Adam Smith.

Ni hablar de la incidencia de esta variable en la inflación teniendo en cuenta las operaciones financieras de todo tipo que realiza el estado a través del BCRA con bancos comerciales y organismos de recaudación oficiales mediante títulos de deuda que el estado emite a tasas altísimas y con absoluta protección de rentabilidad respecto de la inflación, que más tarde no puede cumplir y refinancia con otros títulos y a mayores tasas. Y así sucesivamente.

Para no complicar al lector con el componente V de la Teoría, vamos a considerar solamente M en nuestro análisis para simplificarlo. Además los liberales ni la toman en cuenta porque para ellos lo importante está en la “emisión” de dinero.

Por lo tanto según los liberales si se emite más dinero, es decir que aumenta M, al no haber ningún cambio en el segundo miembro de la ecuación, es decir que Q permanece constante, para mantenerse la igualdad tienen que subir los precios P, generándose así la inflación.

Es increíble la superficialidad, por no decir infantilidad, con que los economistas liberales interpretan las grandes teorías de la historia económica. Esta es una de ellas, aunque no la única. Hay que escuchar lo que dicen acerca de la teoría del “economicismo” para la producción industrial, la liberación de “aranceles de importación” y tantas otras medidas económicas tendientes a perpetuar a la Argentina en su condición de exportador de materias primas e importador de productos elaborados y así al subdesarrollo eterno. Pero esto será materia de próximos artículos.

Volviendo al tema, para los desarrollistas todo lo que dice Espert y los liberales en general, es falso. Y es falso simplemente porque proviene de un análisis primitivo y equivocado de la ecuación, que no contempla las políticas de producción y generación de riqueza que significa Q. La emisión monetaria funciona de distintas formas según sea el destino que tenga ese dinero. No es lo mismo emitir dinero para financiar líneas de créditos a largo plazo destinados a la inversión productiva, que emitir dinero para pagar los sueldos de la administración pública o financiar cualquier otro tipo de gasto corriente e improductivo producto del déficit fiscal.

Por lo tanto según el análisis desarrollista de la misma ecuación la conclusión es que:

LA INFLACIÓN NO ES UN FENÓMENO MONETARIO

LA INFLACIÓN ES UN FENÓMENO ESTRUCTURAL

 Y SE GENERA POR LA IMPOSIBILIDAD DE UNA ECONOMÍA PARA PRODUCIR LA TOTALIDAD DE BIENES Y SERVICIOS QUE DEMANDA LA SOCIEDAD.

Rogelio Frigerio, el padre del desarrollismo, objetaba el diagnóstico de la ortodoxia por simplista. “La inflación destinada a solventar los déficits presupuestarios propaga la inflación, pero no la origina”, argumentó Frigerio durante el debate con Álvaro Alsogaray en la década de los 70.  Las políticas monetaristas son, según Frigerio, contraindicadas para combatir la inflación: “Proponen restricciones monetarias y crediticias, mayor presión fiscal y congelamiento de salarios. Esta política contiene artificialmente la demanda y, por un periodo, el alza de precios. Pero como deteriora la producción —es decir, agrava la causa de la inflación—, hace que la tendencia alcista reaparezca brutalmente agravada en el ciclo siguiente”.

Los desarrollistas creemos que la Argentina tiene un problema estructural de su economía que no produce los bienes y servicios, es decir Q, que demanda la sociedad. Y esta insuficiencia productiva estructural es la que genera el marco inflacionario que tiene nuestra economía desde siempre.

Y así seguirá a menos que de una vez por todas se implemente un plan económico de producción en serio. Esto quiere decir que el plan deberá ser de mediano y largo plazo, que deberá tener prioridades y estar integrado a las economías regionales.

Con las teorías monetaristas liberales de siempre solo nos espera el fracaso y una mayor decadencia, ya provengan de los más ortodoxos como Espert, o de la ultra derecha libertaria como Milei. Da lo mismo pues el liberalismo es uno solo.


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