Un informe reciente de World Wildlife Fund WWF estima que cada año tiramos a la basura 2.500 millones de toneladas de comida, lo que equivale al peso de 250.000 Torres Eiffel.
Un informe reciente de World Wildlife Fund WWF estima que cada año tiramos a la basura 2.500 millones de toneladas de comida, lo que equivale al peso de 250.000 Torres Eiffel.

Según datos del año 2021, en el mundo 828 millones de personas padecieron hambre, cifra que evidenció un aumento desde el inicio de la pandemia de 150 millones de personas.

Ese número surge de la edición de 2022 del informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo” (SOFI) con información actualizada al 2021 sobre la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo, incluidas las últimas estimaciones sobre el costo y la asequibilidad de las dietas saludables. Ese informe ha sido elaborado conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Ese valor es sumamente preocupante, y si consideramos además que tiene un retraso temporal dado el tiempo que llevan las estadísticas para relevarse, nos alerta del incremento que se conocerá en las ediciones posteriores, teniendo en cuenta el impacto de los mayores costos de alimentación tras la Guerra de Rusia/Ucrania, en la que están implicados dos de los mayores productores mundiales de cereales básicos, semillas oleaginosas y fertilizantes. Esta situación bélica, latente ya hace más de un año, ha provocado rupturas y retrasos en las cadenas de suministro internacionales y un aumento de los precios de los cereales, los fertilizantes y la energía, así como de los alimentos terapéuticos listos para el consumo destinados al tratamiento de la malnutrición grave infantil, generando también un efecto derrame hacia otros productos y servicios por el arrastre de la inflación.

Tras permanecer relativamente sin cambios desde 2015, el porcentaje de personas afectadas por el hambre se disparó en 2020 y siguió aumentando en 2021, hasta alcanzar el 9.8 % de la población mundial, frente a los porcentajes del 8 % registrado en 2019 y el 9.3 % en 2020. Asimismo, alrededor de 2,300 millones de personas en el mundo (29.3 % de la población mundial) se encontraban en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021 y casi 3,100 millones de personas no pudieron permitirse mantener una dieta saludable.

Evolución de la tasa de Prevalencia de desnutrición mundial /Porcentaje de la población mundial

Fuente: Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación

Se calcula que 45 millones de niños menores de cinco años padecían a ese año emaciación, la forma más mortífera de malnutrición, que aumenta hasta 12 veces el riesgo de mortalidad infantil. Además, 149 millones de niños de la misma franja etárea sufrían retraso en el crecimiento y el desarrollo debido a la falta crónica de nutrientes esenciales en su dieta, mientras que 39 millones tenían sobrepeso. Un dato muy preocupante de ese informe es que en el espectro de países relevados dos de cada tres niños carecen de la dieta diversa mínima que necesitan para crecer y desarrollarse plenamente.

Con estas estadísticas y viendo que con el resultado de la guerra de Rusia /Ucrania los resultados serán más alarmantes aún, toda acción que se pueda tomar desde políticas públicas hasta de acción individual privada en pos de revertir estos números será crucial.

En este sentido, queremos traer a mención en esta oportunidad las acciones que están surgiendo de economía colaborativa a través de aplicaciones que tratan de reducir el desperdicio de alimentos.

La cuestión del desperdicio de alimentos

La terminología de la FAO distingue dos formas de este problema: la pérdida de alimentos (food loose) y el desperdicio de alimentos (food waste).

La pérdida de alimentos refiere a la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los proveedores de alimentos en la cadena, excluyendo a los minoristas, los proveedores de servicios de alimentos y los consumidores. Empíricamente, el término se refiere a cualquier alimento que se desecha, se incinera o se elimina de otro modo a lo largo de la cadena de suministro de alimentos, que comienza con la cosecha/sacrificio/recuperación hasta, pero excluyendo, el nivel minorista, y el alimento no vuelve a ingresar a la cadena de suministro para cualquier otro uso productivo.

El desperdicio de alimentos se refiere a la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, los proveedores de servicios de alimentos y los consumidores.

El desperdicio de alimentos genera más contaminación que la aviación, la deforestación y los plásticos. A nivel global se desperdicia casi el 40 % de la comida que se produce y se tira comida en los supermercados por el equivalente a u$s 170 mil millones al año. Un informe reciente de World Wildlife Fund WWF estima que cada año tiramos a la basura 2.500 millones de toneladas de comida, lo que equivale al peso de 250.000 Torres Eiffel.

Una menor pérdida y desperdicio de alimentos conduciría a un uso más eficiente de la tierra y una mejor gestión de los recursos hídricos, lo que tendría un impacto positivo en el cambio climático y la generación de CO2, así como también ayudaría a disminuir las estadísticas de hambre y desnutrición o al acceso a alimentos a menores costos para una parte de la población. La problemática no es menor: tan sólo en España con datos de 2019 el Ministerio de Agricultura estimó que 7.7 millones de toneladas de alimentos acaban en la basura cada año, cantidad suficiente para llenar 77 estadios de fútbol.

Al tirar la comida no sólo se desperdicia la comida en sí, sino también todos los recursos y procesos que se han invertido para producirla, desde el agua hasta el terreno y el trabajo que se ha llevado a cabo. El desperdicio de comida genera el 10% de los gases de efecto invernadero y el 28% de la superficie agrícola del mundo se usa anualmente para producir alimentos que se desperdician, según la FAO. Es decir, se está utilizando la superficie equivalente al tamaño de China para cultivar y producir alimentos que luego se desperdician.

Algunas respuestas al problema

En varios países se están desarrollando aplicaciones que permiten mitigar esta problemática de pérdida o de desperdicios de alimentos. Acá te mencionamos algunas:

·       Too Good To Go. https://www.toogoodtogo.com/.

La app tiene 6 millones de usuarios y 16748 negocios activos en la plataforma. Como el desperdicio de alimentos diario de un establecimiento no se puede predecir, han creado los “Pack Sorpresa”. Así, el contenido y el volumen de cada pack depende de los alimentos que no se hayan vendido al acabar el turno de comidas. Mediante geolicalización, la app te muestra locales cerca de ti que ofrecen este servicio, así como las horas en las que puedes pasar a recoger personalmente tu pack sorpresa. Está disponible en 16 países europeos y en Estados Unidos.

  • 6 millones de usuarios de la app
  • 16,748 negocios activos en la plataforma
  • 12 millones de packs sorpresa vendidos

Número de comidas salvadas por to good to go

Fuente: Informe de impacto ambiental 2021 To good to go.

 

·       Olio. https://olioex.com/

OLIO conecta a vecinos entre sí y con negocios locales para que la comida que no es consumida se comparta en vez de tirarla a la basura. Puede tratarse de alimentos de tiendas donde la fecha de caducidad está por vencer, vegetales del huerto de alguien que no van a consumirse, pan de la panadería local, o comida en tu refrigerador que no comerás por que saldrás de viaje. OLIO también puede usarse para compartir otros artículos de casa que no sean almentos. La APP puede utilizarse en cualquier país.

  • 4,996,742 usuarios
  • 34,322,715 porciones de comidas compartidas
  • 60 países que la han utilizado

Según datos de la Secretaría de Agroindustria, en la Argentina se desperdician 16 millones de toneladas de alimentos anualmente. Y 1,5 millón en etapas de comercialización y consumo. se estima que en 2019 el 4.8% de los alimentos perecederos que ingresaron a un supermercado argentino se tiró, y solo el 2 % de lo que no se vende se dona. En esta línea también se han desarrollado en nuestro país aplicaciones que intentan mitigar la problemática del desperdicio de alimentos, entre ellas, Kigüi y Winim.

·       Kigüi  https://kigui.com.ar/

Se trata de una aplicación móvil que tiene un doble objetivo: por un lado, disminuir el desperdicio de alimentos y, por el otro, permitir que los interesados ahorren hasta un 60% del precio de un alimento. Hasta el desarrollo de la app un usuario pagaba el mismo precio por un producto con vencimiento largo o corto, exceptuando las ofertas puntuales del mercado.

Está disponible para compras en la mayoría de las cadenas de supermercados del país y apunta a reducir el desperdicio de lácteos, bebidas o fiambres, que tienen fechas de vencimiento más cortas.

Funciona de esta forma: el usuario compra en cadenas de supermercado habilitadas por el servicio un producto con fecha de vencimiento que aplique a la categoría, carga una foto donde se vea ticket y fecha de vencimiento del producto en la app y con ello recibe posteriormente un porcentaje (que puede ser de hasta 60%) del valor de la compra en su cuenta. En la app encontrás los detalles de cada producto con las fechas de vencimiento correspondientes. Dentro de la misma se pueden cargar los datos del CBU o cuenta de Mercado Pago para recibir el dinero.

Para las empresas adheridas además del impacto medioambiental, la disminución de la merma y el aumento de ventas consecuente, la app provee información valiosa sobre perfil de consumidores, principales insights y brinda una imagen positiva de RSE Responsabilidad Social Empresaria.

  • 40,000 usuarios
  • 276 toneladas de CO2 mitigados
  • 90,000 productos salvados

Las siguientes tiendas se encuentran habilitadas en el país para que puedas usar Kigüi y recibir el reembolso correspondiente: Actual – Aiello – Alvear – Arcoiris – Átomo – Becerra – Buenos Días – Cáceres- California – Caracol- Carrefour- Carrefour Express – Carrefour Market – Carrefour Maxi – Chango Más – Comodín – Cooperativa Obrera – Cordiez – Coto – Delfín – Día – Diarco- Disco – Gómez Pardo – Impulso – JK Kilgelmann – Josimar – Jumbo – Kilbel – La Anónima – La Gallega – La Genovesa – La Reina – Libertad – Luconi – Makro – MarianoMax – Micropack – Modelo – Monarca – Puelche – Super Mami – Supermax – Tadicor – The Food Market – Todo – Toledo – Top – Único – Vea

Esta app vende productos en sobrestock de empresas de alimentos, que puede generarse por problemas de sobreproducción, packaging defectuoso (pero manteniendo la calidad), cambios en su envoltorio o imagen de marca, fecha de vencimiento cercana.

Ofrece alimentos de calidad con importantes descuentos a la vez que las empresas aliadas reducen su huella de carbono, volviéndose más sustentables. Sus ofertas presentan descuentos que oscilan entre un 25% y 50%.

Como en muchos aspectos, estas iniciativas pueden parecer un granito de arena, pero la generación de un cambio de conciencia empieza con pequeños pasos y es el elemento fundamental para comenzar a revertir situaciones.

Y vos, ¿Conocías estas aplicaciones? ¿Qué opinas sobre estas iniciativas? ¿Te animas a empezar a usuarlas?


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