En Argentina se pagan impuestos razonables, según Matías Kulfas. Eso dijo, al menos, el ministro de Desarrollo Productivo en una entrevista en TN. ¿Son razonables? Explico en detalle por qué no lo son.
Un contribuyente tributa un 35% de ganancias, pero también paga “anticipos”. Son retenciones que se practican directo sobre la facturación. Cuando llega el nuevo vencimiento, ahora postergado para agosto, el contribuyente ya tiene casi totalmente pago el impuesto y, en algunos casos, tiene saldo a favor. El fisco recauda incluso antes de que el propio contribuyente cobre todo lo que facturó. Por estos pagos a cuenta del futuro vencimiento el contribuyente que no recibe intereses ni ajustes. La consecuencia es que una empresa o profesional independiente pierde parte de su capital de trabajo.
Debido a la inflación y al cobro anticipado, la AFIP percibe una moneda con mayor valor. Como no hay un ajuste, la tasa real de ganancias es mayor al 35%. Por otra parte, aunque los intereses a favor del contribuyente no se tienen en cuenta, si el mismo se atrasara en el pago de los anticipos, tendría que afrontar reclamos fiscales y el pago de punitorios.
Estos desequilibrios reglamentarios no son tenidos en cuenta por los legisladores que siempre promueven más impuestos. La tasa impositiva nominal es una y la real es otra. El sistema está distorsionado por la inflación, las percepciones, retenciones y anticipos. La presión fiscal, finalmente, tiene una mayor incidencia que la prevista.
La irracionalidad no termina ahí.
Crédito e inflación
En Argentina no hay crédito bancario. La masa prestada por los bancos a los privados representa el 10% del PBI mientras que en los países desarrollados supera el 100%. Esta es una de la causas principales del bajo nivel de inversiones. El crédito es imprescindible para que haya crecimiento, para evolucionar y para financiar desarrollos, especialmente en I+D.
En la economía privada siempre hay dos temas centrales: flujo y stock. Sin flujo no se puede funcionar o se ingresa en un circulo vicioso de pérdida de capital y valor hasta la extinción. El stock es la necesaria acumulación de capital, la base para promover más negocios y empleos. Hay que dejar que las empresas tengan tranquilo su flujo y ayudarlas con créditos de evolución, independientemente de los créditos de inversión, para que acrecienten su capacidad de producción a través de la adquisiciones de bienes de capital
¿Por qué no hay créditos? Porque tenemos una inflación exacerbada y porque todos los recursos que toman los bancos —a través de plazos fijos, por ejemplo— se destinan a préstamos para cubrir el déficit del Estado. Es decir, a letras, bonos otros tipos de pases mágicos del sector bancario al tesoro nacional.
El Gobierno dice que la inflación es multicausal. Entre esas causas debe observar que la destrucción del flujo privado hace las empresas produzcan menos y eso presiona la inflación al alza. La caída de la producción encarece los bienes porque la cantidad es escasa para la estructura que se debe sostener. Esto se agrava por la falta de crédito, que lleva a los privados a acudir a financiaciones abusivas.
Qué hacer
Además de la emisión monetaria creciente, hay dos elementos adicionales que generan inflación. En ambos casos parece que los políticos no lo logran entender: los impuestos a los ingresos brutos en la provincia y todos los sistemas de “adelantameinto de la recaudación”, como los anticipos de ganancias. Ingresos Brutos es un tributo en cascada sobre cada producto o mercancía. No solo potencia la inflación, sino que genera descompetencia e impide que se logren escalas eficientes de producción, que no solo permitirían atender el mercado local, sino exportar y generar divisas. Los anticipos, llámense retenciones o percepciones, destruyen el flujo que es esencial para que las empresas funcionen.
Si no se entienden estas cuestiones básicas de la economía, seguiremos enterrados en un receso del que no podemos salir y con un proceso inflacionario que destruye especialmente el poder de compra de los asalariados.
Existe un camino de salida. Incluye el diseño de una reforma de ingresos brutos para eliminar en forma progresiva este tributo distorsivo, la eliminación de los regímenes de percepciones y la impementación de mecanismos de actualización para los pagos de anticipos.
Por último, es fundamental establecer un marco de reglas claras. Son necesarias para producir, crecer y desarrollar una economía inteligentemente.
¿Valorás nuestro contenido?
Somos un medio de comunicación independiente y tu apoyo económico es fundamental para que que este proyecto sea sostenible y siga creciendo. Hacete socio y construyamos juntos Visión Desarrollista.
,Hacete socio
xx