“La primera condición para que se produzca el aprendizaje significativo es que el contenido posea una cierta estructura interna, que tenga significatividad lógica. Pero, además, el conocimiento que se transmite en cualquier situación de aprendizaje debe estar estructurado no sólo en sí mismo, lógicamente, internamente, sino con respecto al conocimiento que ya posee el alumno” (Rottemberg y Anijovich, 2007, p. 16)

El aprendizaje significativo es un enfoque pedagógico que se centra en la construcción activa y personalizada del conocimiento, a partir de la relación entre los nuevos contenidos y los conocimientos previos del estudiante. Antes de la pandemia de COVID-19 el mundo se caracterizaba por ser volátil, incierto, cambiante y ambiguo (VUCA) como consecuencia de la Guerra Fría y en relación a las adversidades propias de la época. Sin embargo, aún con esas características se podían prever algunas tendencias. Luego de la pandemia de COVID-19, en el año 2021, el nuevo escenario se volvió frágil, en el cual un mínimo desajuste puede causar consecuencias a gran escala; ansioso, debido a la gran sobrecarga de información y la aceleración en los cambios; no lineal ya que la relación causa-efecto se vio influenciada por múltiples factores; e incomprensible, como consecuencia de la complejidad progresiva del mundo. El mundo BANI es un acrónimo que surge de la unión de las palabras “brittle”, “anxious”, “nonlinear” e “incomprehensible”. En español, “frágil”, “ansioso”, “no lineal” e “incomprensible”. El creador de este nuevo concepto es el antropólogo, escritor y futurista estadounidense Jamais Cascio.

Este escenario, además de dejar de manifiesto las desigualdades sociales, económicas, culturales y educativas ya existentes y que se profundizaron con la pandemia, requirió la capacidad de adaptación al cambio y la creatividad como competencias para no quedar excluidos. Sin bien esta caracterización se enmarca en procesos económicos, no debemos olvidarnos de que estamos formando personas que deberán ser competentes para desenvolverse como ciudadanos con pensamiento crítico y acceder al mundo laboral.

En el mundo BANI, el aprendizaje significativo adquiere una relevancia especial, ya que permite a los estudiantes desarrollar habilidades y competencias para enfrentar los desafíos y oportunidades de un entorno complejo, incierto y cambiante. Algunas de las características del aprendizaje significativo que lo hacen pertinente en el mundo BANI son:

  • La relevancia: El aprendizaje significativo se basa en la conexión entre los nuevos contenidos y los intereses, necesidades y expectativas de los estudiantes. En un mundo donde la información es abundante y diversa, es fundamental que los estudiantes puedan seleccionar, filtrar y procesar la información relevante para sus objetivos de aprendizaje.
  • La autonomía: El aprendizaje significativo implica la participación activa y responsable de los estudiantes en su propio proceso de aprendizaje. Por lo tanto, es necesario que los estudiantes puedan tomar decisiones informadas, adaptarse a situaciones nuevas y desconocidas, y aprender de manera autónoma y colaborativa.
  • La creatividad: El aprendizaje significativo fomenta la exploración, la experimentación y la innovación. En un escenario donde las soluciones convencionales pueden no ser efectivas o adecuadas, es importante que los estudiantes puedan generar ideas nuevas, plantear preguntas desafiantes y proponer soluciones creativas a problemas complejos .
  • La flexibilidad: El aprendizaje significativo se adapta a las necesidades, estilos y ritmos de aprendizaje de cada estudiante. En la actualidad, las situaciones pueden cambiar rápidamente y las demandas pueden ser diversas e impredecibles, por lo que es fundamental que los estudiantes puedan aprender de manera flexible, personalizada y adaptable.
“La motivación es un elemento esencial para la buena marcha del aprendizaje escolar y es inherente a la posibilidad de otorgar sentido y significado al conocimiento. Sin motivación, el alumno no realizará ningún trabajo adecuadamente; no sólo el de aprender un determinado concepto, sino el de poner en marcha las estrategias que le permitan resolver problemas similares a los aprendidos” ((Rottemberg y Anijovich, 2007, p. 21)

Esto nos lleva a preguntarnos y (re) preguntarnos, ¿cómo planificamos y formulamos actividades para generar aprendizajes significativos en este contexto? Algunas de las preguntas que nos podemos hacer para cotejar una actividad va a promover el aprendizaje significativo son:

  1. El propósito, ¿es acorde a los objetivos a alcanzar en la propuesta?
  2. La secuencia didáctica, ¿se relaciona con otras actividades de la propuesta?
  3. ¿Explicita las orientaciones necesarias para resolver la tarea?
  4. ¿Indica la acción concreta a realizar?
  5. ¿Establece los contenidos necesarios para resolver la consigna?
  6. ¿Pone en juego conocimientos/saberes previos de los estudiantes?
  7. ¿Define qué se espera obtener como elaboración final?
  8. ¿Establece los criterios para evaluar la tarea?
  9. ¿Incluye recursos gráficos que faciliten la organización y claridad del texto? (Por ejemplo: viñetas, listas de numeración)
  10. La redacción ¿resulta clara? ¿Permite entenderla con facilidad?
  11. ¿Tiene una extensión adecuada?
  12. ¿Establece pautas claras e indica formas de resolución (Por ejemplo: grupal, individual o ambas). En caso de ser grupal, ¿contempla las tareas y roles de las personas dentro del grupo?
  13. ¿Incluye un encabezado que sitúe la tarea a realizar?
  14. ¿Explicita plazos de realización o entrega? ¿Es adecuado el tiempo indicado para realizar esa actividad?
  15. ¿Plantea un desafío a nivel cognitivo?

Generar aprendizajes significativos en el mundo BANI implica que los docentes asuman un rol de facilitadores, mentores y acompañantes del aprendizaje, que promuevan la autonomía, la curiosidad y la motivación de los estudiantes. Para ello, es necesario fomentar la resiliencia, la creatividad, el pensamiento crítico y la colaboración en los estudiantes. Además, se deben utilizar las tecnologías digitales y las metodologías activas para crear experiencias de aprendizaje significativas, personalizadas y flexibles, que respondan al contexto y al ritmo de cada estudiante. Reflexionar sobre nuestro rol como docentes y cuáles son los propósitos con los que diseñamos las propuestas de aprendizaje es fundamental para generar aprendizajes significativos en el mundo BANI.


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