Tras dejar atrás su militancia kirchnerista, especialmente reticente de la Cámpora, el político y economista Diego Bossio anhela y trabaja en la renovación del peronismo que, lejos del fanatismo y el populismo, sea el eje vertebral de un frente de centro que represente a los sectores y actores políticos. Por eso motivo acompaño como pre candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires a Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba y promotor de un peronismo federal y productivo. Es precisamente la producción uno de los ejes, junto con el aprovechamiento de las oportunidades que nos da el mundo y la necesidad de estabilizar la economía, de su último libro “Una diagonal al crecimiento”, que busca salir del esquema facilista de soluciones lineales, mágicas o tecnocráticas como la dolarización. Para Bossio, fundador junto a Martín Rapetti de la consultora Equilibra, la solución de nuestros problemas exige dialogo certero y concreto en torno a los verdaderos desafíos pendientes son impostergables. ¿Qué quiere decir mejorar la productividad? ¿Cómo se logra? ¿Por qué es clave un plan de estabilización para bajar la inflación y qué implica? ¿Cuáles son los sectores que más pueden crecer? Si hacen falta reformas, ¿cuáles son y cómo se llevan adelante? ¿De qué manera genuina podemos combatir la pobreza y la desigualdad?. Bossio tiene bien claro de que estas respuestas no pueden ser meramente técnicas ni dejadas en manos de los economistas sino fruto del debate y acuerdo político. Considera que la irrupción de Milei implicó “el fin de la grieta”, aunque por un extremo y no por el centro, precisamente el canal desde y por el cual trabaja a pesar de estar siempre postergado en los resultados electorales. “Argentina tiene que volver a producir clase media”, declama y nos comparte en esta entrevista su visión política y económica para el desarrollo nacional.
CÓRDOBA Y EL MODELO DE PERONISMO FARMER
Diego, volviste a formar parte de un proyecto político, luego de dejar al kirchnerismo, acompañando a un referente del justicialismo federal como es Juan Schiaretti en su candidatura a presidente ¿Por qué lo estas acompañando?
En primer lugar, yo creo que se necesita un gran acuerdo nacional porque la gravedad de la sustancia de los problemas requiere que a la Argentina la desbloqueemos. Cuando digo desbloqueemos estoy suponiendo que nuestro país está bloqueado institucionalmente, desde la política. La Argentina está bloqueada por la grieta, por las discusiones estériles. Por ejemplo, el Senado hace años que no nombra a los jueces de la corte, hace años que no nombra el procurador general de la nación, no nos podemos poner de acuerdo en los temas sustanciales de la Argentina. Hoy el principal problema es la inflación y es un tema que está ajeno al Congreso, que está ajeno a las decisiones institucionales de la Argentina.
Frente a ese esquema, cuando viene una propuesta política de origen peronista, como es el peronismo de Córdoba, con un vínculo muy fuerte con los sectores productivos, con el campo que es el sector más dinámico de la economía Argentina, con la industria, con la economía del conocimiento, no dudé en sumarme.
¿Qué características tiene este enfoque productivista del peronismo cordobés con que te sentís identificado?
En Córdoba y en algunos lugares de la Argentina, se ha desarrollado más esa economía del conocimiento, con más énfasis, con más firmeza, que tiene una mirada sobre el tema de la energía, sobre el tema del petróleo, sobre el tema de las energías renovables, sobre la minería. O sea que tiene una mirada productiva, pero que tiene también una mirada de respeto institucional de la corte, del Consejo de la magistratura, el funcionamiento de la legislatura, de la libertad de expresión, que viene desde la sustancia de un gobierno en la segunda provincia más populosa de la Argentina, en donde hay medios de comunicación muy grandes, donde hay una Docta que es la Universidad más antigua, donde hay una tradición. Es una provincia con 24 años de gobierno peronista y hacen el trasvasamiento generacional con Martín Llaryora, que es más cercano a mi generación y fuimos compañeros en la Cámara de Diputados, a quien conozco desde cuando era intendente de San Francisco, por supuesto que, con esas características, me entusiasma.
Y además algo muy importante, en la Argentina es muy fácil decir que no hay que tener déficit fiscal pero hacerlo no es lo mismo que declararlo. Córdoba bajó 5 puntos el gasto con respecto al producto bruto geográfico en los últimos 6,7 años sin déficit fiscal. O sea, bajó los impuestos, bajó la carga tributaria, bajó el gasto, hizo más obra pública y tiene superávit fiscal primario y financiero. Honró sus deudas, y los resultados están a la vista son medibles. Es muy fácil decir que no tiene que haber déficit fiscal, otra cosa es lograrlo de forma consistente en una provincia de la magnitud de Córdoba. Estos son datos muy duros, todo eso nos incentiva un grupo de compañeros y a mí, como a Florencio Randazzo, a ser parte de un esquema político que pretende, por un lado, lograr la idea de un acuerdo nacional, con una mirada que tenga que ver con lo productivo, mostrar un modelo cómo es el modelo cordobés a la sociedad y finalmente pensar en el futuro del peronismo. Entendemos que la Argentina necesita un nuevo peronismo y me parece que Córdoba pone un granito de arena en ese sentido, para una nueva Argentina nosotros necesitamos un nuevo peronismo y ese nuevo peronismo tiene que interpretar lo que le pasa a nuestro país en sus principales problemas y desafíos.
¿Cómo diferencias a este peronismo federal, con eje en la producción que es muy distinto al kirchnerismo pero también a los peronismos del conurbano o incluso del norte argentino?
Yo creo que se trata de un peronismo farmer, emprendedor, en la Argentina, que representa esos valores, que tiene que tener una mirada de sensibilidad social, que tiene una mirada productiva, que tiene una mirada de exportadora, una mirada desde el estado en términos de acceso a mejores condiciones de vida, más acorde con el impulso social que identifica al primer peronismo. Esa característica original se perdió y en algún momento, en un proceso, se convirtió en un peronismo más petrolero, y más AMBA-centrista, conurbanista y clientelista, es decir se enfocó en administrar un voto más marginal y descuidó el productivismo. Me parece que tenemos que recuperar ese peronismo de clase media, ese peronismo orgulloso de la escuela pública de calidad, de la Universidad pública de calidad, de la infraestructura estratégica, del vínculo con los sectores productivos.
Con Juan, Florencio y todo el equipo de Hacemos por Nuestro País no creemos que esto se resuelva sin nada de Estado, sobre todo por las falencias que hay. Si vos vas a Córdoba y ves cómo funcionan las escuelas PROA… Se trata de un modelo aprendido de Brasil, un modelo muy interesante donde se enseña Software, programación, biotecnología, de secundarias con modelos totalmente distintos. ¿y dónde lo implementaron? en los pueblos más chiquitos, más humildes, para poder promover las capacidades de la gente de ahí.
Diego, Schiaretti se destacó en el debate y de hecho duplicó el caudal de votos entre las PASO y las generales, ¿crees que la falta de conocimiento a nivel nacional y en todos los niveles sociales inicial le jugó en contra?
Sí. En una encuesta interactiva que había hecho La Nación hacia unos meses vos tenías que elegir las frases que más te identificaban sin saber a quién pertenecían, y al final se revelaba la afinidad. Mucha gente me decía “Me dio Schiaretti, pero no sé quién es” por eso yo creo que yo creo que hay que hay que darlo a conocer. El debate sin duda repercutió y la gran elección de Juan representa a los argentinos que vieron en nosotros las banderas del federalismo, de la producción y el trabajo, de la equidad en Argentina. Fuimos la voz del interior productivo. Creo que el Gringo es el único candidato presidencial que encarna una propuesta de futuro para la Argentina. Juan tiene 74 años y una historia política muy interesante. Yo lo veo con ganas para seguir en la vida política Argentina. En 2 años hay elecciones legislativas en Córdoba, él es un tipo con mucha relevancia y con mucha firmeza y fortaleza en la provincia, se va con una gestión altamente valorada y en la política es muy difícil elegir sucesor y que ese sucesor tenga éxito electoral. Vos fíjate lo que está pasando: El peronismo, no ha logrado que se reelijan los propios gobernadores o no han logrado poner sucesión y acá está haciendo las dos cosas, sucesión y trasvasamiento generacional. Entonces yo lo que creo que hay dos cosas centrales, primero hay 24 años continuados (De la Sota-Schiareti) con todos los problemas que significa estar tanto tiempo en el poder, pero también una vocación de renovación, por eso cuenta la juventud de Martín (Llaryora), hay un estado respetuoso de la libertad de expresión, en el marco de La Docta, que pongo La Docta como como un gran núcleo de ideas, de conocimiento.
EL FIN DE LA GRIETA
Hablabas al principio de la grieta y promovés para esta elección al peronismo federal ¿Por qué creés que, sin embargo, que afloran las posiciones extremistas, en perjuicio precisamente de las propuestas más dialoguistas?
Es que frente a un Estado desorganizado por completo, desorganizado desde lo político, lo económico, que incentiva el retroceso social y que no tiene ningún tipo de responsabilidad frente a los desafíos que vienen, frente a eso tenés una sociedad que está con un nivel muy alto de frustración, de bronca que le da lugar a otras expresiones políticas.
Pero también genera esperanza ese voto, es equivocado pensar que es solamente voto bronca. Nosotros estamos convencidos que las coaliciones políticas, la grieta, el negocio de la grieta se terminó, lo terminó Milei pero de la peor manera. Apareció la tercera vía, apareció un outsider, un tipo que puede tener buenas intenciones pero que no tiene ningún tipo de experiencia.
¿Se terminó la grieta?
Creo que las dos grietas se terminaron, o se están terminando las dos grandes expresiones políticas que son el macrismo y el kirchnerismo. Implosionaron por abajo pero también por arriba: sus líderes políticos no se presentaron al proceso electoral: En ninguna de las dos grandes coaliciones hay una unidad real ni claridad en las convicciones. Lo escuchás al ministro de economía y candidato a presidente y no piensa lo mismo que el resto de los integrantes de la fuerza política que pretende representar y muchas veces generan discordancias muy fuertes, y lo mismo ocurre dentro del seno de Cambiemos. Las diferencias y lo salvaje que caracterizó aquella interna en términos personales y en términos políticos, les terminó pasando factura. (NdA: la entrevista fue realizada antes del acuerdo electoral entre Javier Milei y Mauricio Macri)
¿Y a ese voto “bronca”, pero también “esperanza” como señalas, como lo describís?
Yo creo que frente a eso hay una parte importante de la sociedad que siente que no tiene nada que perder, siempre se puede estar peor, pero no tiene nada que perder y frente al “no hay nada que perder” frente al hecho de que no hay una mejora, una mejor calidad de vida, frente a ese enojo, esa bronca y esa esperanza puesta en otro lado aparecen figuras disruptivas, outsiders que se presentan como una dinámica que parece irreversible en ese sentido. Yo estoy hablando del proceso electoral, después no puedo profundizar porque ahí tengo mucha incertidumbre con respecto a qué va a ser a hacer para gobernar, porque después todo lo que se dice hay que poder llevarlo a la práctica y entonces volvemos al inicio de la charla: hay que desbloquear la Argentina y tenes que tener diputados, senadores, acuerdos institucionales con la justicia. Dialogo y acuerdos. Ahora bien, frente a ese panorama nosotros vamos a seguir en la idea de que hay que proponer la revolución del centro.
Uno de los ejes de ataque principales de Milei es al concepto de Justicia Social y cuestiona aquello de donde hay una necesidad existe un derecho, propio de la tradición peronista. ¿Por qué crees que ese mensaje caló hondo incluso en las clases populares?
Me parece que la justicia social es un concepto con raíces cristianas, es muy complejo y creo que se lo está confundiendo con asistencialismo, planes sociales, dadivas… Justicia social es que los servicios públicos funcionen bien, escuelas de calidad que sea la mejor opción para los argentinos, justicia social es que tengamos buenos hospitales y que puedan venir de cualquier lugar del mundo, como dice nuestra Constitución Nacional desde Alberdi. Entonces la Justicia Social es más que distribuir. Te diría que nosotros tenemos un problema entre los quienes son hiper distribucionistas y los que no se animan a crecer, tenemos un problema serio de crecimiento en una Argentina estancada que no crece, no avanza. Yo creo que Argentina tiene una vocación propia distributiva en el mozo, el trabajador, que está pidiendo justicia social y está enojado diciendo “¡Ché están siendo injustos! porque yo laburo y el de al lado no, pero el de al lado gana más que yo!”
Es más, en la Argentina no hay resabios de esclavitud y eso tiene mucho que ver con un peronismo que dio pelea. Pero esa revolución de centro tiene que expresar un capitalismo moderno con la sensibilidad social propia que entienda el proceso con el logro final de la justicia social y en eso no coincido con Milei, creo que él está absolutamente equivocado con el concepto de justicia social, en donde podemos coincidir es en que el diseño actual del sistema del estado está haciendo mella y está desvirtuando la naturaleza propia de una vida en sociedad.
¿Dolarizar es declararnos impotentes?
Si, impotentes y te añado: es renunciar a nuestras propias libertades, es el problema sustancial que tiene una propuesta de alguien libertario porque vos la libertad la ejerces en marco de tus facultades, Argentina es un país federal, amplio, con realidades muy distintas que requiere de mucha política y no de soluciones mágicas, y en ese sentido creo que la dolarización no es conveniente para la Argentina, no solo en términos técnicos de señoreaje y si es viable o no, yo creo que no es conveniente por razones más sustanciales y, además, desde el punto de vista político es atarse las manos, y no necesitamos atarnos las manos sino hacer las cosas bien, entonces la dolarización presupone que para que tenga éxito necesitamos hacer las cosas bien, entonces hagamos las cosas bien y naturalmente por default no necesitaremos dolarizar.
LA REVOLUCIÖN DEL CENTRO
Meses pasados publicaste tu último libro “Una diagonal para el crecimiento” ¿Cómo sería esta idea de la diagonal?
Tiene que ver con que no es un camino lineal, simple. Tiene que ver de cómo se construyen estos acuerdos y su complejidad. Requiere dialogo político y debate de ideas. Si fuera tan fácil, apretando el botón del crecimiento como dice Alberto Fernández, o dejando todo al mercado como dicen los liberales seria otra historia. Pero no, es una diagonal hay que encontrar ese camino que es político, pero con ideas económicas fuertes e integradoras.
Vos dijiste necesitamos diálogo, no consenso. ¿Cómo lo diferencias?
Hablé de diálogo y acuerdo, pero no dije consenso. Porque consenso es con todos y es imposible porque vos tenés expresiones radicalizadas en todos los países, ahora bien, ese entendimiento significa que una porción significativa de la sociedad está mínimamente de acuerdo sobre algunos temas que por uso, forma o normalidad son respetados y sostenemos en el tiempo. El acuerdo implica algo que vos compartís y lo sostenés en el tiempo, puede mejorarse, pero se sostiene una dirección. Entonces, por ejemplo, nosotros acordamos “vamos a tener un Banco Central independiente que no financia al Tesoro y que, sin importar el gobierno de turno queda consagrado que el mecanismo de elección de sus funcionarios es mediante el Congreso de la Nación y que el presidente lo pone la oposición, con un mecanismo de transición para sanear el Banco Central” bueno, ahí tenés una propuesta clara que nos permite vivir en un esquema de institucionalidad monetaria que para mí tiene que estar garantizado. Hoy está roto el pacto político en Argentina cuando hace años no tenemos un procurador general. Está bloqueado el propio peronismo y naturalmente se bloquea la Argentina, el mecanismo institucional, y eso la gente lo castigó en las PASO.
Hablando con Julio Bárbaro nos planteaba ese problema de delegar nuestros problemas en prescindir de la política y delegar en los economistas y especialistas ¿Qué opinas del respecto?
Coincido. El proceso de la realización de la política es mucho más complejo que sentarse en una mesa a pensar cual es el mejor diseño de políticas públicas. Eso no significa que vos no puedas recurrir a la academia, Conicet, y otros organismos técnicos. El plan tiene que ser producto de las expresiones políticas de los argentinos y no de una Reunión de 200 asesores o economistas. Eso es el acuerdo porque sino estamos esperando que aparezca un iluminado a mostrar el camino para seguirlo.
Si, pero muchas veces se habla de la necesidad acuerdos, pero pocas veces sobre el contenido de los mismos, sus prioridades ¿Cuáles podes destacar?
La primera prioridad es ordenar la macroeconomía. Hay que plantear una agenda de estabilidad. Más allá de la discusión de si es lo macro o lo micro, porque si no ponés un marco hoy como estamos es imposible, porque estás más pendientes del dólar o la inflación, o si podes ingresar insumos, que si sale la arveja o el durazno bien o mal.
Suena disruptivo escuchar a un peronista hablar de la necesidad de estabilizar la economía como algo prioritario.,,,
Sino estabilizamos la economía no hay forma. Hay una discusión política sin duda.
Argentina no crea empleo privado de forma consistente desde 2011-2013 a la fecha. Entonces evidentemente hay algo que no está funcionando. No puede pasar que la industria del juicio, las indemnizaciones hundan a las pymes y los empresarios.
Tampoco creo que hay provincias inviables. O que hay sectores productivos que son inviables y que hay que transformarlos ¿Por qué no cambias las condiciones a ver si pueden ser competitivos?
Segundo creo que hay una oportunidad productiva internacional para Argentina. Oriente demostró que no es confiable para occidente. Acá tenés el litio, gas, hidrógeno verde, el agro, la economía del conocimiento, turismo, parque industrial. minería. Siete provincias en la Argentina con recursos tienen prohibida la minería. El caso de Chubut es emblemático. Si la encaran, pasa a ser en 2 años el segundo productor de plata. 400 km a la redonda no hay nada solo dos pequeñas localidades cuyos pobladores viven del estado. Pero la minería está prohibida. Tenemos un gran potencial: en bio-agro-industria, turismo, energía y economía del conocimiento. Necesitamos liberar al sector productivo de los múltiples cepos que le impiden desplegar su potencial.
De todas maneras, la gran pregunta es ¿Alcanza todo eso genera laburo en el conurbano? Y ahí requiere hacer una potente economía de servicios bien paga y de calidad. Las economías modernas van en ese sentido, yo creo que ahí se requiere mucha más sofisticación, lo que te digo es que hay una etapa previa, no va la micro antes de la macro, primero tenés que ordenar la macro, mínimamente necesitamos tener un orden político e institucional.
Hay un tema que comenté el otro día con Llaryola, me dice que en el mundo están todos cuidando su comercio, su ruta, después de la pandemia todos se han vuelto hacia adentro, sino se los come China, ellos buscan su orden y paz social, y nosotros tenemos que buscarlas también.
Sigamos profundizando en esta revolución del centro, ¿Quiénes la componen? ¿Qué ejes y objetivos la fundamentan?
Creemos que hay que dar una revolución del centro que tiene una expresión que no es pura y exclusiva del peronismo, sino también de otras fuerzas radicales, socialistas, desarrollistas y demás. Claramente tienen como lógica la idea de que ordenemos la macroeconomía, tengamos un esquema de un Estado que funcione moderno, saquemos al Estado como la solución de todos los temas y tengamos una mirada de desarrollo en la Argentina para ver si podemos encontrar un crecimiento sostenible, porque ¿Qué hay detrás de todo? Que el PBI per cápita es más bajo que el 2011, que los argentinos hemos casi duplicado en 20 años la pobreza, que la inflación hasta el 2010 era 20% anual y entre el 2015 y el 2019 pasó al 50% y ahora estamos en 150, 200 de inflación, un desorden de la vida de los argentinos, un desorden absoluto.
Y también es una cuestión de valores. Cuando me formé en la escuela pública si te iba mal se repetía, ahora te sacas un uno, un dos, o un siete y es lo mismo. Nosotros nos formamos en un esquema en donde el que delinque va preso y el que no, no. Y acá no pasa eso, queda libre el que delinque. Entonces yo lo que digo es que estamos en una sociedad donde el que trabaja muchas veces cobra y el que no trabaja también muchas veces cobra, llegamos a un punto donde es lo mismo el que trabaja que el que no trabaja. Argentina tiene que volver a producir clase media.
¿De qué se trata y por qué es tan importante que la Argentina vuelva a “producir clase media”?
Porque producir clase media es que haya buenos salarios, con aumento de productividad con condiciones de inversión para que haya más capital por laburante, con un volumen exportador fuerte, argentina exporta alrededor de 2000 dólares por habitante por año, Australia entre 12 y 14 mil, nosotros si quisiéramos aumentar a 3000 dólares por habitante (similar a Uruguay) deberíamos aumentar un 50% nuestras exportaciones, eso no solo implica acuerdos comerciales sino también producir esos volúmenes, y ello garantizaría la posibilidad de generar esa clase media que además nos da orden y paz social que necesitamos los argentinos. En la Argentina a diferencia de otros países de la región todavía podemos recuperar la posibilidad real de ascenso social.
Para finalizar, ¿Cuáles crees son los desafíos que tienen los partidos tradicionales, y en el peronismo en particular, frente a la emergencia de personajes de posiciones extremistas y provocadoras?
Yo creo que la Argentina necesita un nuevo método político. Necesita también un nuevo peronismo. Pero para que haya un nuevo peronismo tiene que haber nuevas ideas. Hay que generar los candidatos. Hoy la sociedad giró a eso, pero cuando uno se quema con leche… ahí va a ser más moderada ante la irracionalidad que falló.
Lo que aprendí en esta campaña es que las campañas no sirven para mucho. Tienen mucha más fuerza las ideas y el método, no significa que no haya que hacer campañas, digo que esta situación particular se quemaron todos los manuales preconcebidos, todo lo tradicional perdió y aquellos que hicieron algo disruptivo ganaron. Por eso creo que el desafío de nuestra generación es romper con el esquema de los Duran Barba y lo vemos en el debate cuando uno habla y parece que está en el medio de un spot. Hay mucho por laburar, tenemos que salir y mostrarnos más. Lo bueno es que ya impresionó todo esto, quizás no ahora pero pronto va a venir algo nuevo superador, y será del centro.
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