El bioetanol, producido a partir del maíz o la caña de azúcar, se mezcla (corte) con nafta, produce un combustible de alto calor de combustión y alto poder energético, el gasohol o la alconafta, que tienen características combustibles similares a la nafta
El bioetanol, producido a partir del maíz o la caña de azúcar, se mezcla (corte) con nafta, produce un combustible de alto calor de combustión y alto poder energético, el gasohol o la alconafta, que tienen características combustibles similares a la nafta

Una de las consecuencias del actual desabastecimiento generalizado de combustibles, reflejado en largas colas en las estaciones de servicio de todo el país, es que el ministro de economía, y candidato a  la presidencia,  Sergio Massa anunciase el inminente incremento del corte de las naftas con un mayor porcentaje de bioetanol (del 12 al 15%).

El bioetanol es un tipo de alcohol (etanol), que se obtiene a partir de diferentes tipos de plantas ricas en azúcares o en compuestos que pueden transformarse en azúcares como la celulosa o el almidón. Se obtiene fermentando estos compuestos usando levaduras que producen como resultado etanol y dióxido de carbono principalmente. Los cultivos más utilizados son la caña de azúcar, el maíz, sorgo, la remolacha, papa y varios cereales de invierno, también puede obtenerse a partir de residuos forestales y/o agrícolas. En nuestro país fundamentalmente se obtiene de la caña de azúcar y el maíz.  El mismo tiene alto calor de combustión, alto octanaje y bajo cetanaje. Mezclado (corte) con nafta, produce un combustible de alto calor de combustión y alto poder energético, el gasohol o la alconafta, que tienen características combustibles similares a la nafta.

La Ley 27.640 vigente en nuestro país establece un corte del 12% (E12) y aún está lejos del E25 de Paraguay o el E27 de Brasil, que además utiliza E100 en su flota de vehículos flex. La ley además redujo a la mitad el corte obligatorio de biodiesel para gasoil que pasó del 10 al 5%, en volumen, medido sobre la cantidad total del producto final.  Se trató de una iniciativa impulsada por el oficialismo, la cual estableció “el Marco Regulatorio de Biocombustibles” y tuvo un claro beneficiario: las petroleras que no ven reducido así su margen al tener menos etanol sus combustibles.

Además si bien la ley vigente (27.640) prevé que el precio debe compensar los costos de producción más una utilidad razonable, pero desde su sanción no se aprobó la fórmula para su cálculo, con lo cual el mismo termina siendo discrecional e insuficiente.

La oportuna iniciativa evidencia también la falta de visión estratégica del gobierno ya que al limitar el corte (recordemos es menos de la mitad que en Brasil), Argentina se impidió de generar y disponer de valiosos recursos, con valor agregado, importando combustibles a costa de las escasas divisas que dispone el país. En palabras de la Asociación maíz y sorgo argentino –MAIZAR–, “Argentina dilapida divisas comprándole al mundo combustibles contaminantes en lugar de aumentar el uso de bioetanol producido en nuestro país a un valor competitivo a nivel mundial.”

Según sus cálculos, una suba de, por ejemplo, 3 puntos en la mezcla, significaría una producción adicional de 300.000 m3/año de bioetanol, lo que representa unas 750.000 toneladas más de maíz industrializadas por año, con el consiguiente agregado de valor local, desarrollo regional y generación de cientos de puestos de trabajo directos y calificados en el interior del país.

Para que tengamos  conciencia del impacto económico, según datos del (CAEM y Centro Azucarero), elevando el corte del 12% al 15% sobre la base de lo consumido en 2022 superamos los 256 millones de dólares por año en la sustitución de naftas importadas. En el caso de llevar el corte al 27% (como en Brasil) el ahorro sería de 996 millones de dólares y a esto se le suma el saldo exportable de 114 millones de dólares en exportación de naftas.

Un plan estratégico para el desarrollo del sector

En un informe elaborado desde la consultora Sistémica el consultor asociado  Alejando Clot analiza que la producción de bioetanol está dimensionada debido a la escasa demanda y la falta de política estable y previsible en el tiempo, a pesar de que su demanda internacional va a continuar siendo creciente en el tiempo. Motivos ambientales, bajo costo de producción, desarrollo regional, menor dependencia energética de los países petroleros, entre otros beneficios económicos y sociales que genera, seguirán incrementando la demanda.

Además , es clave entender que en el proceso de generación de bioetanol no se utiliza todo el grano para producirlo. Una parte (almidón) es la que se transforma en alcohol y el otro coproducto que surge en el proceso es la burlanda (rica en proteína y aceite) que es un muy buen alimento para la producción animal (pollos, cerdos y bovinos).

Entre los beneficios que tendría un aumento del corte estable y fruto de política publicas integrales y permanentes, el informe de Clot señala:

  • Un mayor agregado de valor al grano que siendo exportado como tal.
  • Un incremento en fuentes de trabajo en la instalación y/o ampliación de plantas y operación de estas.
  • Una mejora ambiental reduciendo la huella de carbono (70% menos que el combustible fósil) y evitando la polución del aire con algunos productos químicos que dejan de usarse.
  • Impulsar el desarrollo regional ya que asociado a las plantas de producción se integran cadenas productivas en ambos sentidos, la de la materia prima maíz y la de los coproductos, burlanda y dióxido de carbono (gasificación de bebidas).
  • Un ahorro de divisas en una menor importación de naftas (hoy ponderada en 256 millones de dólares con el corte del E15). Dicho ahorro se produce por evitar importaciones de naftas y también de sustancias que elevan el octanaje de las naftas (tolueno, MTBE, Naftas G3) y que no se necesitan usar cuando se realiza el corte con bioetanol.

Consultado al respecto Clot, comenta que “Nuestro país puede generar aún un crecimiento muy superior en el procesamiento y producción de este cultivo debido a que solo procesamos el 3,7% del maíz producido”. Para Clot si bien la medida de emergencia es bienvenida para el sector, la verdadera respuesta debe ser una política pública clara y definida, de crecimiento y desarrollo, como estrategia para un sector que tiene potencial enorme para producir materias primas y agregarles valor.

En ese sentido destaca la relevancia del MERCOSUR y la visión de comprender al bioetanol como el combustible de la región. Precisamente con más de cuarenta años de una política específica y clara para el sector Brasil ha logrado ser un líder global en bioetanol, mientras que Argentina lleva dando idas y vueltas al asunto. Además, en dicho proceso Brasil llevó adelante muchas investigaciones publico privada para generar innovaciones propias acordes al producto como el caso de los motores flex que dominan ampliamente el mercado brasilero.

En la región, también, Paraguay viene incrementando sus inversiones en biocombustibles a paso firme. Produce 450 mil m3 siendo un 62 % proveniente de caña de azúcar y el 38 % restante de maíz. Es el segundo país americano en usar un corte elevado en sus naftas (25% – E25).

Sin la creación consensuada de ese plan específico a 20 años como un horizonte mínimo de desarrollo en coordinación con los socios del Mercosur, que ya la tienen, no existe oportunidad de explotar todo el potencial que tiene este biocombustible clave para la crisis del cambio climático y para agregar valor, empleo y divisas a nuestra menguada economía, señala concluyendo el ingeniero agrónomo Alejandro Clot.

 


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