Italia
El alcande electo de Roma, Roberto Gualtieri, en un acto tras ganar las elecciones municipales. / Twitter

El tablero político en Italia giró hacia la centroizquierda en la segunda vuelta de las elecciones municipales de esta semana. Algo similar pasó en Alemania en las elecciones parlamentarias del 27 de septiembre, cuando el socialdemócrata Olaf Scholz alcanzó la victoria por un estrecho margen y puso fin al largo periodo en el que gobernó una coalición liderada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido de Angela Merkel.

La crisis que desató la pandemia tuvo consecuencias económicas que afectaron a miles de familias. Contra algunos pronósticos alarmistas, en este escenario complicado no se impusieron los extremos ideológicos. Tanto en Alemania como en Italia el electorado optó por el centro.

En Italia se renovaron 1192 alcaldías, entre ellas las capitales regionales Roma, Milán, Nápoles, Torino, Bolonia y Trieste, que en su mayoría le fueron arrebatadas a la extrema derecha de Mateo Salvini. También sintió el golpe el partido populista y antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5E), del exprimer ministro Giuseppe Conte, que hizo su debut electoral al frente del partido. Un dato preocupante de las elecciones municipales italianas fue la baja participación, que rondó el 50%.

La coalición de centroizquierda, representada en su principal exponente, el Partido Democrático (PD) —que integra el gobierno de unidad nacional y apoya las políticas del primer ministro Mario Draghi—, obtuvo rotundas victorias en las principales ciudades de la península. En Milán, el bastión del líder de La Liga, Mateo Salvini, obtuvo la reelección el candidato de la coalición socialdemócrata Giuseppe Sala con un 57,73% de los votos, mientras el candidato de la centroderecha Luca Bernardo se quedó en el 31,97%.

Un pésimo resultado para la derecha

La Liga hizo una pésima elección y esto suma un nuevo traspié a Salvini que viene golpeado por los escándalos de su fuerza política y los duros cuestionamientos internos por los sucesivos errores en su conducción. La mayor preocupación de Salvini es el avance del ministro de Desarrollo Económico, Giancarlo Giorgietti, que lidera al sector más moderado de La Liga y apoya las políticas en materia económica de Draghi. En el gobierno de unidad nacional hay espacio para todos los partidos excepto para los Hermanos de Italia (IT), la única fuerza de oposición al ejecutivo de Draghi.

La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, disputa el liderazgo de Salvini en la extrema derecha. Hermanos de Italia, La Liga y Forza Italia conformaron una coalición de derecha para estas elecciones. Los resultados de este acuerdo fueron magros. Los únicos triunfos resonantes de la derecha fueron los de Roberto Occhiuto en Calabria, una de las zonas más pobres del país, y Roberto Dipiazza en Trieste. Sin embargo, ambos pertenecen a Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, que se ubica en la centroderecha, más moderada, conservadora y liberal que sus socios políticos de orientación populista, nacionalista y antieuropeísta.

Los resultados no fueron un trago tan amargo para Meloni: salió fortalecida en su disputa contra Salvini. Su máxima apuesta electoral fue en Roma, de donde es oriunda, con Enrico Michetti como candidato. Michetti ganó la primera vuelta en octubre y cayó derrotado en el balotaje ante Roberto Gualtieri, candidato del PD, exministro de Economía y expresidente de la principal comisión económica del Parlamento Europeo. Otra derrota significativa para la derecha fue la de Paolo Damiliano en Torino, donde el candidato del PD, Stefano Lo Russo alcanzó el 59,2% de los votos.

Tanto Roma como Torino eran gobernadas por el M5S, que tuvo una muy mala performance en las elecciones. Solo ganó en las ciudades donde fue en alianza con el PD, como Nápoles y Bolonia, pero en ambos casos las cabezas de lista no eran de sus filas.

El futuro de Draghi

La victoria de la centroizquierda en Italia fue un espaldarazo importante para el gobierno de Draghi y le brinda cierto respiro para continuar con las reformas que inició ni bien comenzó su mandato. El otro gran ganador de las elecciones es el líder del PD y ex primer ministro, Enrico Letta, que logro la unidad de la centroizquierda italiana y es un férreo defensor de las políticas de Draghi.

Estas elecciones, aunque locales, fueron las primeras desde la conformación del ejecutivo de Draghi y fueron un test importante para los partidos de cara a las próximas elecciones generales, que deberían celebrarse en 2023 pero podrían anticiparse.

En febrero próximo se elige el nuevo presidente de la República Italiana, un cargo que no es votado directamente por los ciudadanos sino en una sesión especial en la que participan todos los miembros de la Cámara de Diputados y el Senado más un conjunto de electores designados por las regiones. Si Draghi aceptara postularse para el cargo y fuera electo, el Parlamento debería buscarle un reemplazante o convocar a las urnas.

Cambio y continuidad en Alemania

El triunfo por bajo margen de Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) es el logro más importante de la centroizquierda europea en mucho tiempo. Pero tampoco se espera un giro drástico en la política alemana. El socialdemócrata Olaf Scholz cumple actualmente la doble función de vicecanciller y ministro de Finanzas del gobierno encabezado por Merkel, en funciones hasta que el Bundestag vote el nuevo gobierno.

Que Angela Merkel se despida del poder con una derrota de su partido es sorprendente. Merkel es una política con elevados niveles de popularidad a pesar de que fue canciller durante 16 años. Es la dirigente que gobernó durante más tiempo Alemania, incluso superó a su mentor, Helmut Kohl, canciller durante la unificación del país. El mayor error de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) fue la elección de Armin Laschet como candidato a canciller. Carente de carisma y con altos índices de impopularidad en el electorado, provocó la fuga de votos de la CDU tanto por izquierda y derecha. Tenían una mejor alternativa: Markus Söder, líder de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), a quien las encuestas mostraban con mejores chances de ganar.

Scholz prevé conformar un nuevo ejecutivo, encabezado por él como canciller y en conjunto con los verdes y los liberales. Los líderes de los tres partidos ya trazaron una agenda política en los temas donde coinciden: la plataforma ambiental, la modernización del Estado y la desocupación.

El desempleo es una preocupación creciente en Alemania, aunque está tapada con el parche de los minijobs: trabajos parciales y mal pagos que en su principio fueron pensados para los estudiantes con una renta de 450 euros mensuales. En la actualidad involucran a más de siete millones de personas sobre un total de 40 millones de trabajadores.

La alianza del semáforo —como es conocida por el rojo de la socialdemocracia, el amarillo liberal y el verde ecologista— ya cuenta, inesperadamente, con el visto bueno de Merkel, a pesar de que su partido no formará parte de la futura coalición de gobierno.

Pasada la tormenta de la pandemia la visión socialdemócrata, en los términos centristas europeos, viene acompañada por la demanda de más políticas progresistas reflejadas en las propuesta de aumentos de salarios y las mejoras en las condiciones laborales. En definitiva, una respuesta al reclamo de mayor igualdad.


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