Australia es conocido mundialmente por ser uno de los mayores exportadores de minerales del mundo y por el peso relativo de la minería en relación a su PIB. Lo más interesante es que ha sabido desarrollar, a la par, una industria para minería de punta muy diversificada con una cadena de valor que abarca un sector dinámico de equipos, tecnologías y servicios para la Minería (Mining Equipment, Technology and Services – METS).
Superarda la etapa de desarrollo de proveedores para-mineros, hoy es referente mundial de la provisión de servicios mineros. Inteligentemente supo insertarse en las Cadenas Globales de Valor de maquinarias y equipos mineros de clase mundial. Muestra de ellos es la vocación exportadora de las METS, el 66% de las METS exportó durante el 2020. En cuanto al aporte de las METS al PIB australiano, representaron un 10,4 %, mientras que el sector minero se mantuvo en torno a 11 % durante el 2020. En lo que respecta a empleo, los sectores de minería y equipos, tecnología y servicios mineros emplearon 240 mil personas de manera directa y 1.1 millones de manera indirecta (2020).
Esta nota trata de exponer la experiencia australiana a fin de develar su exitoso modelo minero y la importancia en el rol del Estado en el desarrollo del sector y de su cadena de valor.
Origen y características de las METS
Australia ha construido su industria minera con una reputación de procesamiento inteligente, sofisticado y sostenible de exploración, minería y minerales, desde productos a granel como mineral de hierro, carbón y bauxita, hasta metales como oro, cobre y níquel sin olvidar los más críticos como el litio. Este modelo de desarrollo minero y para-minero se caracteriza por la conformación de clústeres mineros que se han desarrollado no solo sobre una base de concentración geográfica, sino también temática. Según la agencia australiana InfoMine, las empresas del rubro METS australianas son cerca de 4.500 empresas proveedoras.
El origen y desarrollo de las METS se debe a los cambios evolutivos propios de la industria minera, como así también a las exigencias ambientales como en el uso de agua y energía que requirieron de avancen técnicos.
Un factor fundamental en el desarrollo de las METS fue el vínculo entre la empresa minera y estas empresas. Gran parte de las METS fueron formadas por profesionales y trabajadores de la industria minera y proveedores de esta.
Las METS están integradas por empresas proveedoras de equipamiento, desarrollo de minas y procesamiento, también abarcan empresas proveedoras de servicios, desde la exploración hasta la subcontratación y empresas proveedoras de tecnología altamente especializada, equipos, software y relacionados.
Estas empresas proveedoras integrantes de la cadena minera son mayoritariamente de capital nacional.
Fue fundamental para el desarrollo de la cadena de valor, la colaboración en materia de I+D entre las mineras y sus proveedores, esta política fue impulsada desde el gobierno a partir de una serie de incentivos. Los clústeres mineros abarcan empresas mineras, proveedores, universidades y entidades gubernamentales.
Asimismo, se incentivó a los clústeres desde la perspectiva de “economías de localización”, los eslabonamientos hacia atrás de las METS se producen, abasteciéndose principalmente de forma regional y local.
Es de resaltar que la política minera australiana consideró a la productividad como fuente de competitividad, vía mejoras en la eficiencia y reducción de costos operativos. Se destaca la fuerte inversión en investigación y desarrollo (I+D) en temas como “concepto de mina digital, el big data aplicado a la industria, la industria 4.0, la automatización de las operaciones mineras, sistemas de logística minera autónoma y operada remotamente, etc”.
Contexto
A principio de los años 80, con el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones, el gobierno puso fin al proteccionismo distributivo y encaró una serie de reformas del tipo liberal, disminuyendo aranceles de importación. El proteccionismo en Australia venia debilitándose a causa del boom de las materias primas en las décadas precedentes. Asimismo, los nuevos empleos que se estaban gestando proveían de actividades no protegidas, como la minería. Solucionado el problema de la “stop and go” recurrente que experimentaba la economía australiana, en gobierno encaró una serie de reformas “liberalizadoras”, como la disminución de impuestos, desregulaciones y la descentralización de las relaciones laborales. En este marco, la política pública se enfocó en una serie de programas, marcos, normas y organizaciones vinculadas al desarrollo de aquellos sectores dinámicos con potencial exportador, como por ejemplo el sector minero y su cadena de valor (METS).
La política pública
En la búsqueda de la transformación económica, Australia enmarcó una serie de nuevas reglas de juego, de un marco regulatorio y de normas acordes. La política pública buscó fomentar aquellos sectores con ventajas comparativas y que por su cercanía a China y al Sudeste Asiático, contaban el potencial de ser sectores dinámicos y tractores.
Es de destacar que el entorno macroeconómico es más que favorable. Australia cuenta con una moneda sólida, baja inflación y reglas de juego estables. En relación al mercado de cambios, es de libre acceso. A su vez existen estrechos vínculos económicos, comerciales y de mercado de capitales con el Reino Unido y Japón, las empresas mineras australianas acceden al capital principalmente en el Bolsa de Londres (LSE), por su parte las PyMEs o METS se financian a tasas y plazos razonables en Australia.
Otro pilar fundamental, es el marco fiscal e impositivo beneficioso, a través de desgravaciones fiscales para el fomento de la investigación y desarrollo, del tipo de beneficios fiscales, como el otorgamiento de un crédito fiscal del 45% por gastos en I+D y de un crédito fiscal específico para la exploración minera “Greenfield” de empresas juniors, pudiendo deducir hasta un 15 % de la base imponible en el impuesto a los ingresos.
En lo que respecta a acuerdos comerciales, Australia cuenta con acuerdos de libre comercio con Japón, China (ChAFTA) y Corea del Sur (KAFTA), lo cual le permite colocar sus materias primas y manufacturas con arancel cero. Estos acuerdos muestran una clara visión de un modelo de desarrollo basado en la exportación de aquellas mercancías en las que el país cuenta con ventajas comparativas y el desmantelamiento del modelo de sustitución de importaciones.
Pero si bien la estabilidad macro es condición necesaria para el crecimiento, no es suficiente para el desarrollo de un sector estratégico y de su cadena de valor, es ahí donde los gobiernos australianos a lo largo de las ultimas 4 décadas comprendieron la necesidad de desarrollar políticas publicas y capacidades estatales para el desenvolvimiento del sector.
En lo que respecta a política industrial, de buscó desarrollar la cadena de valor minera. Se crea el “METS Industry Growth Centre”, con el objetivo de conectar la investigación con la industria, mejorar las capacidades sectoriales en lo que respecta a la inserción en mercados internacionales y en las cadenas globales de valor, a su vez se apunta a la mejora de habilidades de gestión y en la formación de capital humano, estos centros cuentan con fondos públicos en forma de instrumentos de financiamiento basales para cada centro.
Un eje importante en el impulso de las METS fue la implementación de políticas de compras públicas y en la mayor participación de empresas domesticas en las compras de las empresas mineras. Iniciativas como la “Australian Industry Participation Plan (AIPP)”, buscan impulsar leyes con el fin de promover la participación de la industria australiana, a su vez financia proyectos de compras locales y grandes inversiones de capital con el objetivo de otorgar una justa oportunidad de competir a proveedores locales.
Asimismo, se destacan una serie de acuerdos público-privados con el objetivo de potenciar al sector, iniciativas como “METS Action Agenda” procuraron celebrar acuerdos con el objetivo de identificar oportunidades y superar barreras de crecimiento. Los objetivos eran unificar un sector de naturaleza fragmentada y heterogénea, favoreciendo el acceso de las METS a servicios de I+D, acercando el sector financiero a las METS.
En lo que respecta a políticas que buscaron una mayor interacción entre empresas en materia de I+D se descararon programas como el “Industry Cooperative Innovative Program (ICIP), donde mediante fondos públicos se financiaron distintos proyectos de innovación demandados por las agencias Austmine, Austrade y AMIRA Internacional.
Clave del éxito en la difusión y aplicación de la I+D a las METS, fue el rol del Estado en la conformación de clústeres que busquen resolver problemáticas o tópicos específicos. El programa “Cooperative Reseach Centres (CRC) hasta el día de hoy financia la creación de centros de investigación y colaboración público-privada entre la industria, investigadores y mineras. Se enfocan en la investigación en sectores específicos, en problemas y desafíos comunes, en la transferencia tecnológica, su aplicación y comercialización de productos, como así también en la formación de capital humano a través de becas. Los CRC adquieren financiamiento público basal con la condición de apalancar recursos privados al menos equivalentes al aporte gubernamental, en la actualidad existen más de 10 CRCs.
Es de destacar que Australia cuenta con una agencia nacional de I+D, la SCIRO “Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization”, posee distintas líneas de investigación en materia minera. La agencia cuenta con presupuesto propio y apalanca inversiones del sector privado, participa como socio en más de dos tercios de los CRC y se vincula con las METS.
En relación a la vinculación entre cliente/minera y proveedor no quedó librada al azar, iniciativas como “Industry Capability Network” y “Project Connect”, brindan servicios online diseñados para conectar empresas mineras con proveedores identificando nuevas oportunidades de negocio.
La promoción de las exportaciones, también es una política de Estado clave. “Austrade” es la agencia nacional encargada de promover la internacionalización, se encuentra altamente jerarquizada y entre sus líneas de acción, se destaca la promoción en la internacionalización de las METS, impulsada por las operaciones globales de grandes mineras domésticas.
El rol del Estado también está presente en contar con información geocientífica, geoespacial y georreferenciada. Australia cuenta con una larga tradición en la elaboración de informes que permiten a los posibles inversores identificar áreas de alto potencial minero reduciendo los riesgos de entrada exploratorios. Se cuenta con información geocientífica precompetitiva con mapas geológicos digitales de roca madre y mapas regionales geoquímicos, geofísicos y geoespaciales que se vienen recolectando desde hace mas de un siglo.
Australia cuenta también con un sistema de formación técnica y profesional destacable, el Estado invierte en un sistema educativo que genera técnicos mineros que abastecen a la industria. El país cuenta con una fuerza de trabajo altamente calificada, donde el 43% de los adultos cuentan con educación terciaria (OCDE). Cabe destacar que existen 8 instituciones educativas que ofrecen programas relativos a la minería, y que cuenta con una de las escuelas mineras más prestigiosas del mundo como la Universidad de Queensland.
El rol de la actividad gremial patronal también es relevante. “Austmine” es la cámara que nuclea a las METS y cuenta con un rol fundamental en la expansión productiva y exportadora de las METS. Entre sus objetivos se encuentran: aumentar la competitividad del sector, ser cantera del sudeste asiático, realizar misiones comerciales en las principales ferias internacional y contar con una base de datos y mecanismos de acompañamiento para participar de potenciales 3000 proyectos mineros a lo largo toda Asia.
Por ultimo es interesante agregar que el gobierno australiano está estudiando políticas que permitan el suministro de minerales críticos para proyectos nacionales. Este enfoque tiene como objetivo asegurar que los procesadores y fabricantes australianos puedan tener un fácil acceso al suministro de minerales locales en el futuro, garantizando así la sostenibilidad y la soberanía del país. Para este objetivo Australia también está planificando el seguimiento y control de las inversiones extranjeras en proyectos de minerales críticos. Al hacerlo, se asegurará de que estas inversiones no van en contra del interés nacional del país, mientras que incrementa su capacidad soberana en tecnologías clave.
Conclusiones:
El caso de la minería, y la industria para la misma, en Australia es sin dudas un modelo de estudio a nivel mundial de transformación productiva, donde la transición se dio de manera virtuosa, elevando los niveles de vida y logrando salir del estancamiento económico en el que se encontraba. Este estudio busca exponer el contexto, las políticas transformadoras como así también el rol del estado en la transformación. El Estado fue virtuoso creando capacidades estatales acordes al desafió de potenciar el perfil del país exportador de materias primas, como así también participar activamente en el desarrollo de eslabonamientos productivos hacia adelante y hacia atrás en la cadena minera.
Argentina tiene bajo su tierra, cerros y montañas un potencial minero que puede aportar valiosos recursos no solo para sortear momentos aciagos sino, como hizo Australia, para desarrollar un sector integrado con la industria y la innovación científico tecnológica que promueva el desarrollo nacional y especialmente en esas regiones donde no llega la agroindustria. Prohibir no es la solución. Se deberá en cambio asumir el desafío como hacen los países desarrollados, es decir con suma responsabilidad y cuidado de su medio ambiente y las comunidades aledañas.
Como aprendizaje a tener en consideración para Argentina, las políticas públicas relevantes adoptadas por Australia en el desarrollo de su minería e industria para minera fueron las siguientes:
- Condiciones MACRO: libre acceso al mercado de cambios y capitales, acuerdos de libre comercio con mercados demandantes.
- Disponibilidad de Información geocientifica, geoespacial, georreferenciada abierta que reduce riesgos de entrada.
- Disponibilidad de fuerza laboral altamente calificada, fuerte entramado de formación técnica y profesional.
- Desgravaciones y créditos fiscales a la I+D.
- Agenda de acción para potenciar el sector de las METs, identifica oportunidades y barreras de ingreso, favoreciendo el acceso a la innovación y a la I+D, al financiamiento y a la internacionalización.
- Política de creación de clústeres o Centros de Investigación Cooperativa (CRC) en I+D, financiación con fondos públicos basales bajo condición de apalancamiento de capital privado.
- Promoción a la I+D a través de: una agencia gubernamental que apalanca el entramado de empresas, CRCs y METs; fondos orientados a proyectos innovadores de colaboración empresa – empresa.
- Promoción de las METS a través de centros de desarrollo, fondos basales y financiamiento para infraestructura y proyectos compartidos.
- Servicios gubernamentales de vinculación minera – proveedor (proyectos y oportunidades).
- Políticas de promoción y financiamiento de compras públicas a empresas domésticas.
- Apoyo a la internacionalización de las METS a través de una Agencia de Promoción de Exportaciones, canalizando las operaciones globales de grandes mineras domésticas.
- Interés nacional claro y definido y la estrategia productiva y de inversión se orienta al mismo
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