En un clima de incertidumbre, violencia extrema, magnicidios, temor y miedo los ecuatorianos están llamados a las urnas el próximo domingo para elegir un nuevo presidente, además de la conformación de la Asamblea Nacional y dos plebiscitos.
Desde que asumió Guillermo Lasso a la presidencia, el 11 de abril de 2021, generó en los ecuatorianos una esperanza de un cambio real para el país que arrastraba años de confrontación, autoritarismo y corrupción política durante los mandatos de Rafael Correa. Sin embargo, nada de esto sucedió. Lasso, exbanquero de 67 años, adoptó un programa de políticas neoliberales que fueron rechazadas por varios grupos sociales principalmente los indígenas y la oposición que dominaba la Asamblea Nacional. A pesar de las piedras en el camino, Lasso en su afán de concretar cambios estructurales convocó a un referéndum en febrero pasado que terminó en derrota. Para colmo, el correísmo obtuvo las alcaldías de Quito y Guayaquil, las dos ciudades más importantes del país, entre otras. Con estos resultados positivos, Revolución Ciudadana, la formación política del expresidente Correa, quien reside en Bélgica y está condenado a ocho años por corrupción, se envalentonaron y comenzaron una campaña de desprestigios y denuncias infundadas contra el presidente en un complejo escenario socioeconómico y un espiral de violencia por la presencia del narco que puso contra las cuerdas al gobierno de Lasso.
Ante el avance de un juicio político a instancia de la Asamblea Nacional, Lasso sin una salida posible a la crisis, determinó aplicar una norma constitucional conocida como “muerte cruzada” que dispuso el cierre del poder legislativo y el llamado a elecciones presidenciales que deben culminar el mandato actual que finaliza en 2025. La decisión de Lasso puso punto final a su gobierno.
Tras la convocatoria, Lasso manifestó que no sería candidato al igual que nadie de su formación política. Hay un total de ocho candidatos para el sillón presidencial con diferentes matices políticas que varían desde la izquierda a la derecha que son lo que más chances tienen de llegar a la segunda vuelta dejando en evidencia el síntoma latente mundial de no optar por un candidato de centro. Sin embargo, quien representaba esa opción era Fernando Villavicencio, experiodista crítico y denunciante que develó la trama de corrupción del gobierno de Rafael Correa condenado en ausencia a ocho años de prisión, que figuraba segundo en las encuestas. Tras salir de un mitin de campaña, Villavicencio fue asesinado a sangre fría. Su magnicidio dejó perplejo a Ecuador. El país andino experimenta una violencia inusitada que tiene en vilo a la población con la tasa más alta de homicidios en la región superando a México y a Colombia. La mala política de la administración Correa de negociar ciertas concesiones con las bandas delictivas ligadas al narcotráfico, además, de cortar lazos a la cooperación con Estados Unidos para combatir al narco más los problemas socioeconómicos que arrastra el país hace años fueron un escenario propicio para que las bandas criminales lancen sus tentáculos a lo largo y ancho de Ecuador. La situación se acrecentó desde la asunción de Lasso con un alza de la delincuencia urbana y una lucha encarnizada entre narcotraficantes conocidos como GDO (Grupos de Delincuencia Organizada). El primer mandatario tuvo que decretar el estado de excepción y puso en las calles al ejército. El miedo y el temor se apoderaron de las calles de los barrios más vulnerables y carenciados del país. Asesinatos, magnicidios de alcaldes, enfrentamientos contras la fuerzas de seguridad, cuerpos mutilados y colgados como advertencia son una postal constante. La lucha por el control del negocio también se trasladó a las cárceles con motines sangrientos. La férrea lucha entre los cárteles tiene como destino final el control de las rutas de la droga. Ecuador que históricamente fue un país de tránsito de la cocaína por sus posición geográfica entre Colombia y Perú, esa realidad cambió con la llegada de narcos colombianos que usa al país como base de operaciones. Las zonas aledañas a los puertos del país son donde se concentran los combates claves para apoderarse del territorio y sacar la droga hacia Estados Unidos y Europa. Además, Ecuador es tierra fértil por tener su economía dolarizada para blanquear el dinero. Encima el gobierno cometió el error grosero de liberar el uso y compra de armas que permitió que las bandas delictivas se armen con armamento pesado superior en ocasiones a las fuerzas de seguridad.
Los candidatos, encuestas y sus propuestas
Bajo este escenario sombrío los candidatos a la presidencia con más chances son Luisa González, la única mujer postulada y de las filas del correísmo, el izquierdista pro ambiente el aborigen Yaku Pérez, quien terminó tercero en los últimos comicios presidenciales, perteneciente a la coalición “Claro que se puede”, donde confluyen grupos de izquierdas, organizaciones indígenas, sindicatos, maestros y ecologistas, el derechista, Jan Topic, apodado el “Rambo ecuatoriano” por su pasado en la Legión Extranjera francesa, exitoso empresario que promete mano dura con toda la fuerza del Estado para terminar con la violencia reinante, y por último, el ex vicepresidente Otto Sonnenholzner (2018-2020).
A pesar de estar desprestigiadas por no acertar los resultados algunas encuestas señalan un giro a la izquierda en Ecuador. La firma Click Report marca una intención de voto para la candidata del correísmo Luisa González de 29,6%. En el mismo sondeo figura segundo el ambientalista Yaku Pérez con el 14,2%. En cambio, la firma Numma también le da el primer puesto a la correísta González con 26,23%, pero seguido por el exvicepresidente centroizquierdista, Otto Sonnenholzner con el 13.88%.
Independientemente quien sea elegido el próximo domingo la agenda política está marcada en solucionar la crisis socioeconómica, la violencia que no cesa y puntualmente las propuestas ambientales que se someterán en un plebiscito donde hubo una coincidencia entre todos los candidatos que es dejar bajo tierra el petróleo del Bloque 43-ITT, situado dentro del Parque Nacional Yasuní, al que se le considera el corazón de la selva amazónica ecuatoriana y una de las mayores reservas de biósfera del planeta. Además, se plebiscitará si se prohíbe cualquier forma de minería en el Chocó Andino, en Quito, una reserva de la biósfera que ocupa 287.000 hectáreas de la provincia de Pichincha, parte de la cual está dentro del área metropolitana de la capital ecuatoriana.
Todas estas iniciativas ambientalistas fueron obra de diversos grupos ecologistas. También, se renovará la totalidad de la Asamblea Nacional integrada por 137 asambleístas donde el oficialismo también adoptó la opción de no participar en los comicios al igual que su líder el presidente Lasso. De manera sorpresiva tampoco presentó listas para asambleístas nacionales Pachakutik, el brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la organización social más grande del país, en medio de una interna feroz por el control y dirección del partido.
Será fundamental ver quien controla la Asamblea para el próximo presidente para poder llevar adelante su programa de gobierno con acuerdos parlamentarios y no llegar a la situación de Lasso que careció de mayoría y apoyos para poder aplicar sus políticas que devendría en una nueva crisis política y social.
Sin grandes propuestas principalmente limitadas a la crisis económica y al flagelo del narcotráfico, Ecuador encara un camino de una delgada línea roja con la posibilidad de la vuelta al populismo. Su máximo exponente el expresidente y líder de Revolución Ciudadana, Rafael Correa, quien vive en Bélgica desde 2017, no puede aspirar a la presidencia porque la actual Carta Magna permite la reelección por una sola vez y además está inhabilitado por una condena a ocho años de cárcel por corrupción. La figura elegida por el correísmo es Luisa González, abogada de 45 años, que sorprende a más de uno que encabece los sondeos, que promete volver al bienestar económico el periodo de Rafael Correa que fue en gran medida gracias al valor de las comodities en alza, pero que también estuvo viciado por casos de corrupción y actitudes autoritarias. Sin embargo, hay varios nostálgicos que desean la vuelta del populismo. Aunque las sospechas sin pruebas de la participación de Correa en el magnicidio de Villavicencio perjudican a González.
La opción de Yaku Pérez, de 54 años, abogado, expresidente de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa (ECUARUNARI), que levanta las banderas de la población indígena, que representa un 7% del país, es una propuesta izquierdista con matices en el cuidado del medio ambiente y fue un ferviente opositor al expresidente Correa. En el caso del exvicepresidente durante el mandato de Lenin Moreno, Otto Sonnenholzner, economista de 40 años, con una mirada socialdemócrata también hizo hincapié en la campaña en acabar con la inseguridad armando a las fuerzas de seguridad con equipamiento de calidad. La propuesta más radical para hacer frente a la violencia actual que sufre Ecuador la encarna el exmilitar y empresario de 40 años, Jan Topic, que propone mano dura contra las bandas narcos y la construcción de más cárceles al estilo del gobernante salvadoreño Nayib Bukele.
Sin un claro favorito y en caso de que ninguno logre más del 40% de los votos y una diferencia de al menos diez puntos, habrá una segunda vuelta el próximo 15 de octubre entre las dos candidaturas más votadas.
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