Malvinas
Reunión del Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas. / cancilleria.gob.ar

Alberto Fernández señala el reclamo de la soberanía de las Islas Malvinas como una deuda pendiente del Estado argentino. La política del gobierno actual sigue un modelo parecido a los gobiernos kirchneristas, aunque con un menor nivel de confrontación con Reino Unido. Con una diplomacia activa, visibilizó el reclamo con declaraciones conjuntas y discursos presidenciales en distintos espacios multilaterales, como la OEA, MERCOSUR, CELAC y la ONU. La negociación del Brexit, que excluyó al archipiélago del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, cambia el escenario geopolítico y puede llevar al gobierno argentino a revisar su estrategia.

La política exterior argentina nunca cedió en el reclamo de la soberanía de Malvinas, pero ha tenido diferentes matices en cada gobierno. Durante la década menemista, la relación con Reino Unido fue abordada bajo la cláusula paraguas de soberanía. Significaba que la cuestión de fondo —la disputa de la soberanía— no iba a ser tratada y se buscarían acuerdos intermedios en otras cuestiones, principalmente de carácter comercial. Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández abandonaron la posición bandwagon —subirse al carro ganador: evitar siempre que se pueda el conflicto y seguir el modelo del país más poderoso— que había caracterizado la presidencia de Carlos Menem. Desde 2003, la política se orientó a la búsqueda de mayor autonomía, fortalecimiento y visibilización de la demanda argentina a nivel global, aunque con un nivel alto de confrontación pública con Reino Unido. La gestión de Mauricio Macri se caracterizó por un acercamiento a Londres, lo que se asimila a las políticas de la década de los noventa y la lógica del paraguas de la soberanía. Macri logró acuerdos de cooperación con Reino Unido en materia de comunicación, comercio, pesca, navegación e hidrocarburos.

El modelo seguido por Alberto Fernández se asemeja al autonomismo formulado por el politólogo Juan Carlos Puig, que fue ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Héctor Cámpora. El autonomismo considera que los Estados periféricos deben romper con la política de seguimiento a los países hegemónicos y ampliar su capacidad de maniobra independiente. Plantea que los Estados pueden defender sus intereses en un sistema de relaciones de poder asimétricas en el plano internacional, incluso cuando algunos países concentran la mayor cantidad de recursos de poder disponibles, porque el carácter anárquico del sistema expone puntos de fuga que los países más periféricos pueden aprovechar.

Los primeros pasos de Alberto en Malvinas

Al comienzo de su gobierno, Alberto Fernández devolvió el rango de secretaría al área de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, creada en 2013. En 2015 había sido bajada a subsecretaría tras la asunción del Mauricio Macri como presidente. La política sobre el archipiélago se complementa con tres leyes.

En agosto de 2020 se sancionó la ley 27.558, que crea el Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes. Este organismo es encabezado por el presidente y tiene conformación plural que engloba a diputados y senadores nacionales de las principales fuerzas políticas —oficialistas y opositores—, académicos, juristas y excombatientes. El objetivo de este consejo ad honorem es brindar recomendaciones no vinculantes para el codiseño de políticas públicas sobre la soberanía de las islas. El Consejo es un intento de búsqueda de consensos entre la diversidad para que las políticas transciendan un mandato ejecutivo, condición indispensable para el desarrollo de políticas estratégicas en la esfera global.

La ley 27.557 incorpora la nueva demarcación del límite exterior de la Plataforma Continental Argentina más allá de las 200 millas, lo que fortalece los derechos de soberanía del país sobre el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas para la exploración y explotación de los recursos naturales. Esto brinda mayor seguridad jurídica para las concesiones sobre su uso. El proceso, iniciado internamente en 1997 y presentado formalmente en 2009, fue aprobado por la  Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de las Naciones Unidas en 2016 y 2017. El gobierno anunció en agosto la intención de distribuir los nuevos mapas del país que contemplan estos cambios a todas las escuelas.

La tercera ley (27.564) es la modificación del Régimen Federal de Pesca, que sustituye las sanciones a la pesca ilegal estipuladas en la ley 24.922 de 1997.

Por otra parte, a principios del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en el país a raíz de la crisis sanitaria global, el gobierno nacional comunicó que contabilizaría los casos positivos de coronavirus en las Islas Malvinas dentro de los registros nacionales. La medida buscaba sentar posición en su aval constitucional y fue criticada por los isleños. Un interrogante sobre la campaña de vacunación nacional es qué decisiones tomará el gobierno nacional con respecto a la posibilidad de aplicación de las vacunas a los residentes de las islas.

La exclusión de Malvinas tras el Brexit, un logro de la diplomacia argentina

El principal éxito diplomático del país en relación con las Islas Malvinas se dio en 1965m durante la presidencia de Arturo Illia, cuando la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la resolución 2065, que insta a los gobiernos de Argentina y Reino Unido a iniciar negociaciones para la búsqueda de una solución pacífica al conflicto. Este logro fue fruto de la estrategia del entonces canciller Miguel Ángel Zavala Ortiz y fue clave para la continuidad del reclamo hasta la actualidad.

El reciente acuerdo comercial entre Reino Unido y la Unión europea para la implementación del Brexit deja afuera de beneficios impositivos y comerciales a los territorios de ultramar que tienen “relaciones especiales” con el Reino Unido, como las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. El 90% de las exportaciones de Malvinas tiene como destino la Unión Europea, por eso la exclusión del acuerdo comercial es un duro golpe político. Y puede considerarse como un logro diplomático de la gestión actual, aunque esto no significa una reorientación de la Unión Europea en los asuntos relativos a la disputa de soberanía que existe sobre las islas.

La actitud proactiva del gobierno en relación a Malvinas fortalece el reclamo sobre los derechos de soberanía y mantiene vigente la cuestión en el plano internacional. En el ámbito doméstico creó ámbitos institucionales y culturales que consolidan el posicionamiento nacional y la búsqueda de políticas de Estado para logros a corto, mediano y largo plazo. La credibilidad del gobierno a nivel interno y externo y una diplomacia inteligente serán necesarias para reforzar el posicionamiento estratégico del país en el plano internacional.


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