Biden
El presidente electo, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris.

El demócrata Joe Biden es el cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos. Con los resultados del escrutinio de los Estados de Pensilvania y Nevada, Biden superó los 270 electores en una elección muy ajustada. El presidente Donald Trump todavía no reconoce los resultados y amenaza con continuar su cruzada legal de presunto fraude, según confirmaron las cadenas de televisión CNN y NBC.

“Frente a obstáculos sin precedentes, un número récord de estadounidenses votó, probando una vez más que la democracia late profundamente en el corazón de Estados Unidos”, dijo Biden en un comunicado difundido por su campaña, apenas fue declarado ganador. “Con la campaña terminada, es hora de dejar atrás la ira y la retórica dura y unirnos como nación”, agregó.

El presidente electo de EEUU, de 77 años, tiene una larga trayectoria política de más de cuatro décadas en el Senado y ocho años en la vicepresidencia, durante en la administración de Barack Obama. Biden ganó la presidencia en una elección sin precedentes, con una cifra récord de más de 74 millones de votos a favor. Tendrá la difícil misión de reconciliar y unir al pueblo norteamericano muy polarizado y dividido tras los últimos cuatro años de la era Trump. También, deberá enfrentar de manera urgente el drama del coronavirus que lleva un total de 233.000 muertos.

Solo falta que Donald Trump acepte la derrota. Hasta el momento no se ha manifestado y sigue con la intención de llevar la disputa hasta la Corte Suprema. Trump sufrió en carne propia algo que sufrieron pocos presidentes de los Estados Unidos: no lograr la reelección. Se sumó así a la corta lista que también integran Gerald Ford, Jimmy Carter y George Bush padre.

La vuelta del establishment

Biden es un político de carrera que se formó por más de 47 años en los pasillos del Senado. Allí fue un hábil negociador para sacar adelante leyes claves y un gran conciliador en la búsqueda de consenso con los republicanos.

En el mundo de los negocios y financieros es un fuerte aliado de Wall Street, que desde el primer día abrazó su campaña. Le sobra experiencia para gobernar. Ni bien asuma deberá hacer frente al drama del coronavirus. Ya anticipó que obligará el uso del barbijo a nivel nacional; escuchará a los científicos y ellos serán quienes comuniquen las políticas; duplicará el número de tests y el rastreo de casos y permitirá una apertura de la economía y un regreso a clases de manera segura.

En el plano internacional se esperan cambios significativos. El gobierno demócrata, según anticipó Biden en campaña, priorizará el comercio global e intentará restaurar el vínculo con sus vecinos, Canadá y México. Con China y la Unión Europea tratará de recomponer las relaciones y bajar el nivel de conflicto en torno a los aranceles para normalizar las relaciones bilaterales. En el caso puntual de China, volverá el pragmatismo de la era Obama.

En la política interna fomentará a la industria manufacturera e inversiones en el área de las nuevas tecnologías. Los gobiernos demócratas suelen subir los impuestos, pero Biden se comprometió en campaña a aliviar la presión fiscal de la clase media, en especial a las familias que ganan menos de 400.000 dólares al año. También prometió subas de salario mínimo a 15 dólares la hora. Finalmente, apuntará a un plan ambicioso de inversiones de unos 1,3 billones de dólares para mejorar y ampliar la infraestructura del país.

En materia sanitaria, Biden prometió mejorar el Obamacare y ampliar el acceso con nuevas coberturas. En el plano ambiental tendrá un total enfoque diferente al que adoptó Trump. Su intención es que EEUU vuelva a integrarse al Acuerdo de París.

Como todo demócrata, apuntará a políticas de mayor inclusión y apoyo a las minorías en tema puntuales como el racismo. Un claro ejemplo fue la elección de su compañera de fórmula, Kamala Harris, de padre jamaiquino y madre india.

Kamala Harris, la primera mujer vicepresidente

Kamala Harris fue la primera mujer negra en ser elegida fiscal general en California. También fue la primera mujer de ascendencia del sur de Asia en ocupar una banca en el Senado. Este sábado se convirtió en la primera mujer que llega a la Casa Blanca. 

La vicepresidenta electa nació el 20 de octubre de 1964, en Oakland, California. De carácter ameno, audaz y determinada para lograr sus objetivos, Harris se recibió de abogada en la Universidad de Howard, en Washington, un ícono de la cultura negra en Estados Unidos.

La actuación de Harris como fiscal general es reconocida como poco progresista y más cercana a posturas conservadoras. Se opuso a reformas como una ley que instaba al fiscal general a investigar los tiroteos en los que estuviera involucrada la policía. Gracias a su trabajo coincidió en varias reuniones con Beau Biden, el hijo fallecido del exvicepresidente, que tenía el mismo cargo que ella en Delaware. Forjaron una buena amistad que sirvió a la hora de tomar la decisión de quien iba acompañar en la fórmula presidencial. Biden no dudó y la elegida fue Harris.

La nueva administración tiene asegurado el apoyo del establishment del Partido Demócrata, pero el sector progresista y la izquierda del partido desconfía tanto de ella como de Biden. Se sabe de antemano que el presidente no buscará un segundo mandato por su edad. Si la gestión es buena, Kamala Harris tiene todos los boletos para ser la candidata a la presidencia en 2024. Y, por qué no, para convertirse en la primera presidenta mujer del país.


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